Sitges 2012 (7): 'The Lords Of Salem'. Diabolus in Musica

Sheri Moon en «The Lords Of Salem». Fuente: www.cineblog.it

Y con Rob Zombie llegó, una vez más, la controversia. Su esperadísima última obra, «The Lords Of Salem«, se desmarca de anteriores entregas para hilvanar una atmosférica y diabólica cinta de terror con brujas, psicodelia y una manifiesta pasión por el género de los setenta.

Una película de Rob Zombie que cuente con el beneplácito unánime de público y crítica no sería una película de Rob Zombie. Ha venido sucediendo así desde su ópera prima, “La casa de los 1.000 cadáveres”, presentada, también, con desigual recepción en Sitges, aunque las reacciones encontradas han llegado a su punto álgido con su última propuesta. Algo sorprendente viendo la permisiva acogida en el certamen de otras producciones infinitamente inferiores. Pero vayamos por partes.

Ni “Lords Of Salem” es “La semilla del diablo” ni Sheri Moon –mujer y actriz fetiche del realizador- es Mia Farrow, por muy homenaje implícito que haya en el film de Zombie al cine de terror de los setenta y al citado clásico de Roman Polanski. Aquí hallamos también claras referencias a “La profecía” y a Kubrick –el pasillo y la anciana bruja remiten a “El Resplandor”; la luz blanca y los cuerpos desnudos enmascarados a “Eyes Wide Shut”-. Pero intentar copiar a los grandes no debería ser delito, sobre todo si aportas elementos de tu propio universo. Y Rob Zombie, a diferencia de muchos otros realizadores, lo tiene.

Su background incluye tanto el cómic como el cine de terror de la Hammer, y, sobre todo, la música, concretamente el metal, con lo que a nadie debería extrañar que el detonante y preparación del ritual satánico que describe su último film desde el minuto uno sea la reproducción de un misterioso disco de drone black metal. No es fortuito, tampoco, que la nevera de la protagonista muestre una pegatina con el logo de la banda de thrash metal Slayer, que tituló uno de sus discos “Diabolus in Musica”.

«The Lords Of Salem». Fuente: www.salondelmal.com

Se le podrán reprochar muchas cosas a la cinta: principalmente su ritmo sostenido, de crescendo errático, que te va preparando para un gran clímax que tarda en llegar y que cuando lo hace, a medias, ciertamente desconcierta; también sus difuminados secundarios, empezando por los compañeros de trabajo de la protagonista.

Por el contrario, ese mismo downtempo te va hipnotizando y te envuelve en una lograda atmosfera generando verdadera inquietud. Al mismo tiempo, veteranas actrices como Dee Wallace y Meg Foster –una de las brujas cinematográficas más aterradoras que se recuerdan- equilibran la balanza en el capítulo interpretativo.

«The Lords Of Salem». Fuente: www.robzombie.com

¿Y qué hay del criticado desenlace? Cuesta entender el supuesto escándalo: su estética entre videoclipera y de arte y ensayo, lejos de empañar el conjunto, supone una libre explosión visual y creativa, mezcla de frescura, irreverencia y psicodelia, ciertamente poderosa.

Con todo, “Lords Of Salem” no es lo mejor que ha dado la filmografía de Rob Zombie, cuyo punto álgido encontramos, por ahora, en “The Devil’s Reject”; pero sí muestra un nuevo camino tanteado ya en la segunda parte de su revisión de “Halloween”. Un sendero más arriesgado que, por suerte y pese a quien le pese, aún no ha mostrado todas las cartas de un realizador a seguir teniendo en cuenta.

Texto: David Sabaté

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