Michel Gondry, el soñador eterno

Kate Winslet y Jim Carrey, aferrándose a sus recuerdos en «Olvídate de mi». Fuente: www.film.com

Curtido en el campo de la publicidad y el videoclip, el realizador francés Michel Gondry revolucionó el formato de canción en imágenes -suyos son algunos de los mejores videoclips de Björk, White Stripes, Daft Punk o Radiohead, entre muchos otros- con una inventiva visual y narrativa fuera de lo común que ha sabido trasladar al celuloide. Imprevisible y original; delirante y barroco; libre y romántico. Son tan solo algunos de los adjetivos que definen -que no abarcan- el cine de uno de los autores más personales de la actualidad. Gondry acaba de estrenar «La espuma de los días«, adaptación de la novela homónima de Boris Vian, una excusa ideal para recordar algunas de sus escenas -y uno de sus clips- más representativos. Por David Sabaté

1. Olvídate de mí (2004)
Aún nos estremecemos al recordar la romántica -y sufrida- historia de amor entre Joel y Clementine, una pareja (espléndidos Kate Winslet y Jim Carrey) que decide borrar sus recuerdos juntos y que, en pleno proceso, se da cuenta de que se aman más de lo que creían. Una premisa con bastante de déjà vu -nunca mejor dicho- si no fuera porque el reset lo proporciona una extraña consulta médica y porque la pérdida y posterior recuperación de memoria se muestra aquí como una feroz lucha de imágenes, sueños y emociones depositadas en el subconsciente de los protagonistas. Una atípica y esperanzada reflexión sobre el amor y el destino sencillamente apabullante.

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2. La ciencia del sueño (2006)
Inferior a la anterior pero aún así insólita y extrañamente hipnótica, otra historia de amor inusual y salpicada por surrealistas momentos oníricos. El responsable de tal realidad deformada es aquí un Gael García Bernal al borde de la cordura con un grand guignol en su cabeza que lucha por el amor de una siempre convincente Charlotte Gainsbourg.

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3. Rebobine, por favor (2008)
Entrañable y nostálgico homenaje a otra forma de entender el cine, encarnada aquí en las cintas VHS y los videoclubs de barrio, esos pequeños templos familiares y cercanos, tristemente cada vez más escasos, entendidos como «un espacio sentimental», como define Jordi Batlle Caminal en el libro «Neoculto» (Ángel Sala y Desirée de Fez, Calamar Ediciones). Oda, también, al hazlo tú mismo y delirante recreación doméstica y tiernamente chapucera de algunos clásicos del cine popular reciente. Para muestra, esta versión homemade de RoboCop que los protagonistas, empleados de un videoclub, deben filmar en tiempo récord para sus impacientes clientes tras el borrado accidental de todas las cintas del local.

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4. Reinventor del videoclip
Quizás uno de los más recordados sea el de los muñecos de lego dando guitarrazos y aporreando una batería en «Fell in Love with a Girl» de White Stripes, recurso en acelerado -y copiado- stop motion. Pero si tuviéramos que destacar uno, nos quedaríamos seguramente con el siguiente clip de Björk, para la que ha trabajado hasta en siete ocasiones. En «Bachelorette» (1997) hallamos algunas de las estrategias y soluciones formales al estilo muñecas rusas que Gondry, cual mago que extrae un conejo de la chistera, desplegará después en su cine: decorados de cartón piedra, objetos animados y desproporcionados o esa personal mezcla de realidad y sueño. Único y magistral.

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5. La espuma de los días (2013)
Definida por la crítica como una suerte de «‘Love Story’ relatada por Lewis Carrol» (Cinemanía, nº 216), el último viaje sensorial orquestado por Gondry se esfuerza en recrear la poesía surrealista de la homónima novela de Boris Vian con resultados dispares. Plástica, artesanal y mágica por momentos; desbordante y excesiva en otros, la cinta bascula entre la chispeante comedia romántica y un trágico y agridulce canto a la muerte. Irregular pero cien por cien reconocible y a ratos brillante.

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