Con tan solo dos discos, los norteamericanos Pallbearer parecen estar en boca de todo el mundo. Un mérito doble (o triple) teniendo en cuenta que lo suyo es el doom metal clásico consagrado a los riffs de guitarra monolíticos. Sobre ellos se sustenta “Foundations of Burden” (Profound Lore, 2014), majestuosa colección de temas de diez minutos de media sin ningún tipo de artificio ni concesión comercial y uno de los mejores trabajos de 2014. Por David Sabaté
«Foundations of Burden» es vuestro segundo disco después del espectacular éxito de “Sorrow and Extinction”. ¿Esperábais esta recepción? Creéis que puede haber influido de alguna forma en vuestras nuevas canciones?
Joseph D. Rowland (bajista): “Honestamente, no esperábamos absolutamente nada de todo esto. Escribimos y grabamos nuestro primer disco porque sentíamos que teníamos que hacerlo. Esperábamos que la gente lo disfrutara y que el público de la escena metal underground quisiera escucharlo, pero no teníamos ningún tipo de expectativas. Cuando empezamos a trabajar en este segundo álbum, nuestra actitud fue la misma. Hemos hecho el disco que creíamos que debíamos hacer, sin pensar cómo lo recibiría la gente. Tenemos una actitud de libertad absoluta como banda”.
¿Habéis pensado que vuestro nuevo álbum os puede hacer llegar a nuevos oyentes y a alcanzar un nuevo estadio como grupo, perdiendo, quizás, por el camino, a algunos seguidores originales?
Devin Holt (guitarrista): “Hay más dinámicas aquí, hemos tocado mucho en directo nuestro material antiguo y eso nos ha enseñado a escribir canciones con las que poder disfrutar más en nuestros futuros conciertos”.
Rowland: “En la época en que grabamos nuestro debut ya éramos conscientes que queríamos que nuestra voz fuera comprendida. Escribimos durante bastante tiempo pensando en nuestra personalidad y en qué podía hacer única nuestra música. Pensamos bastante acerca de quiénes éramos. La música debe contener algo de reto, de búsqueda, y nosotros lo hemos visto así desde el principio”.
Holt: “Con Mark –Lierly, nuevo batería- en la banda, la percusión y los ritmos han cobrado otra cadencia, las canciones son más dinámicas, en parte, gracias a su trabajo”.
Vuestro sonido combina una vibración oscura y una distorsión saturada con melodías muy presentes. Creo que esta combinación es bastante distintiva pero, al mismo tiempo, si intento describiros a alguien totalmente ajeno al metal, acabo hablándole de estilos como el shoegazing. ¿Consideráis este estilo en particular como una de vuestras influencias?
Rowland: “Nos gustan bandas como Slowdive o Mazzy Star, creo que es una comparación fácil pero que funciona. Pero en otros términos, aún para alguien que no esté nada metido en la música heavy underground, referencias como Black Sabbath o Pink Floyd son muy claras. Son grupos muy conocidos por todo el mundo y resumen bastante bien nuestra mezcla de sonidos. La combinación de partes más melódicas y psicodélicas con un sonido más heavy, para mi, ha sido siempre una mezcla sonora muy coherente.
Creo que otro aspecto que os diferencia de otras bandas de doom es ese halo de melancolia que lo impregna todo. ¿Escribís buscando eso o, sencillamente, no seríais capaces de escribir una canción alegre?
Rowland: “No descarto que eso pueda suceder remotamente en algún momento, nunca se sabe, pero a día de hoy aún no me lo he imaginado. Incluso como oyente, de forma personal, como fan de la música, siempre he sentido una mayor atracción por la gravedad y he querido sentir cómo si la música me hablara. Incluso en los momentos más felices de mi vida, en un plano personal, la música más melancólica ha seguido resonando en mi ser de forma especial”.
Holt: “Más que oscura o depresiva, describiría nuestra música como melancólica. Hay en ella una sensación de luz al final del túnel, aunque esa luz siga siendo bastante extraña”.
¿Puede que vuestra música haya actuado en vuestras vidas alguna vez como vía de escape o de superación emocional de alguna situación personal difícil?
Rowland: “Hay un elemento de esperanza en todo ello. Tanto en los directos como en la propia música puede apreciarse cierta alma, ponemos nuestras emociones en ella. Creemos que hay que otorgarse ese poder y ser valientes para expresar ciertas cosas en vez de escapar de ellas”.
Consideráis las letras tan importantes como la música. ¿Qué nos podéis contar de ellas?
Rowland: “A grandes rasgos, hablamos de cosas como el remordimiento, el dolor, la perdición de la humanidad y la civilización. Grandes temas universales”.
¿Por qué habéis escogido a Billy Anderson como productor? Supongo que os gustaba su trabajo anterior con bandas como Sleep, Neurosis, Swans, High on Fire…
Rowland: “Parecía la opción perfecta. Queríamos que el disco fuera más cambiante y dinámico, y él había demostrado que es muy bueno captando la vibración del directo, además de tener un increíble trabajo a sus espaldas. Es una leyenda”.
¿Os sentís cómodos cuando la prensa y el público se refiere a vosotros como una banda de doom metal distinta, pero, a fin de cuentas, una banda de doom metal? ¿Cómo véis la escena doom actual?
Rowland: “Me resulta difícil describirnos como una banda de doom metal. Entiendo que una base enorme, gran parte de nuestro sonido, proviene de aquí, pero hemos crecido con mucha música distinta y, especialmente con el nuevo disco, examinamos elementos del metal, más que exponerlos de forma obvia. Honestamente, no estoy demasiado al día de lo que sucede en la escena. Probablemente haya muy buena música, pero no me siento especialmente inspirado ni conectado con ella”.
Holt: “Todos hemos crecido creyendo que para ser heavy había que responder a ciertos arquetipos, en el sentido de intentar parecerse a bandas heavys en un sentido clásico como Iron Maiden, por ejemplo, pero se puede ser heavy sin ser metal en términos tradicionales, sino en un sentido más emocional. Se pueden explorar otros terrenos. Siempre que utilices una buena distorsión, claro (risas)”.
Texto: David Sabaté
Un resumen de esta entrevista ha sido publicado en MondoSonoro