Roadburn 2015, a la altura de su brillante reputación

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Cartel del Roadburn Festival 2015, obra de Arik Roper.

Roadburn Festival 2015. 9/10/11-04-2015. Tilburg, Holanda.
Texto y fotos: Tamara G. Cisneros. Ilustraciones: Andreu Zaragoza

«Roadburn es una experiencia completamente diferente a la de un festival tradicional de música. Es un festival pequeño, íntimo, muy bien organizado, elaborado por gente que ama las bandas, que crea un ambiente social único, en el que las líneas que separan artista, público y personal del evento son a menudo totalmente borrosas». Son palabras de Steve Von Till de Neurosis, muy fieles a la realidad de la experiencia que, año tras año, nos brinda un festival de la talla de Roadburn, que este año escogía como comisarios a Ivar Bjørnson de Enslaved y Einar “Kvitrafn” Selvik de Wardruna.

Los amantes del riff, de los sonidos pesados, densos y oscuros, de coleccionar discos y merchandising de las bandas pero, sobre todo, de disfrutar de la música de excelente calidad, tenemos una cita anual con este festival que tiene lugar en cuatro salas de la pequeña localidad de Tilburg, Holanda. A pesar de disfrutar de una fama consolidada, Roadburn mantiene su esencia underground y sigue siendo uno de los mejores enclaves europeos para deleitarse con la psicodelia, el doom o cualquier otra variación de aquellos placeres sónicos que traspasan los límites de la música.

Bongripper

Ilustración exclusiva de Andreu Zaragoza (http://www.andreu-zaragoza.com/) inspirada en Bongripper.

A ello debemos sumarle que Roadburn se ha ganado la reputación de tener una camaradería única entre los asistentes al festival, bandas y organizadores, y que se caracteriza por ser uno de los mejores festivales que pueden experimentarse hoy en día en cuanto a sonido y ambiente.

Y, si bien es sabido que música y arte van de la mano y, quizás, más en el mundo la música heavy que en ningún otro, Roadburn también expone la obra de diversos artistas: en esta ocasión, una muestra del arte del ilustrador del cartel del festival, Arik Roper, del misterioso Cavum, del ilustrador Kim Holm (en la siguiente foto) o del veterano Costin Chioreanu y las fotografías de William van der Voort.

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Una de las ilustraciones de Kim Holm expuesta en el festival.

Jueves
Fieles a su leitmotiv de este año, “Houses of the Holistic”, el cartel de esta nueva edición nos deparaba una bizarra mezcla de música vikinga, sureña y los sonidos sludge más densos. Aunque de entrada no nos encontrábamos frente a la alineación que encabezaba el cartel de hace dos años (Electric Wizard, High on Fire, Amenra, Cult of Luna, Godflesh), la primera jornada se presentaba intensa: queríamos ver a bandas de la talla de Sólstafir, Primitive Man, Russian Circles, Wovenhand, Eyehategod o Bongripper. Casi nada.

Empezamos con los islandeses Sólstafir brindándonos la banda sonora de una película mítica de la etapa vikinga de su tierra, “Hrafninn Flygúr”, que celebraba su treinta aniversario. Les siguieron Salem’s Pot con su rock catchy reality heavy psych pathetic, como ellos mismos autodefinen su estilo. Con una de las salas secundarias ya a rebentar, el festival prometía desde primera hora. Turno para el trío de neoyorkinas Mortals, guitarreando a lo High On Fire su black sludge, y la densidad pantanosa de los estremecedoramente misántropos Primitive Man presentando su debut ‘Scorn’ desde Denver.

Coincidencia dolorosa la de Russian Circles y Thou. Aunque optamos por los primeros, los últimos serían una de esas grandes revelaciones que siempre te brinda este festival. Los de Chicago repasaron en la sala principal su último álbum, ‘Memorial’, desplegando su particular orografía sonora. A pesar de que Mike parecía estar molesto con el sonido, haciendo largos y continuos ajustes entre cada tema, la banda se marcó un buen directo.

Thou, por su parte, desgranó su sludge experimental en Het Patronaat, una iglesia reconvertida en sala. Los de Lousiana, con un último trabajo elogiado por la crítica, se marcaron uno de esos bolos memorables que hizo retumbar una sala expectante y a rebosar. Su frontman recordaba mucho a Colin H. van Eeckhout de Amenra.

Wovenhand

Wovenhand. Foto de Tamara G. Cisneros.

Les siguieron Wovenhand, o lo que es lo mismo, el folk oscuro de David Eugene Edwards. Era la segunda vez que le veíamos haciéndose con la sala grande del festival, tras su paso en 2011, y en esta ocasión repasó muchos temas de sus últimos discos. Cuando este músico se posa sobre un escenario, tiene uno de esos directos con pocos rivales…

Aunque era el día de los enormes Eyehategod. En el primero de los dos conciertos que ejecutaron en el festival, los de Nueva Orleans se estrenaron con la tremenda ‘Agitation Propaganda’, de su último trabajo, y nos derrotaron con temas de la talla de ‘The Lack of Almost Everything, ‘Shoplift’, ‘Sister Fucker’ o ‘Nobody Told Me’. Sludge desafinado y riffs blueseros despedazaron a más de uno.

Sala a tope, primeros pogos vistos en el festival y hasta un stage diving a pesar de la prohibición que pesa sobre la sala. Para cerrar el primer día, otra superposición en el line-up de esas que duelen: Goatwhore y Bongripper tocando ‘Miserable’. Nos decantamos por los segundos. Los de Chicago repasaron su nuevo trabajo, sonando más monolíticos que nunca. Riffs que se retroalimentaban sin fin atrapándonos, compases densos y cientos de cabezas siguiendo el ritmo al unísono, doom en su máxima esencia. Excelente fin de fiesta para una primera jornada maratoniana.

Eyehategod

Ilustración exclusiva de Andreu Zaragoza (http://www.andreu-zaragoza.com/) inspirada en Eyehategod.

Viernes
El sol y los casi 20 grados que marcaba el termómetro parecían querer eclipsar el aura mística y sombría de la segunda jornada en el escenario principal, protagonizada por música de los países nórdicos: Skuggsjá, Enslaved, Wardruna, Virus y Sólstafir. Reunidos bajo la bandera de “Houses of the Holistic”, junto a la oscuridad industrial de Fields Of The Nephilim y en el día comisionado por Bjørnson y Einar “Kvitrafn”.

Sólstafir presentaban en esta segunda actuación en el festival su último LP, ‘Ótta’. Con su carismático vocalista y guitarra Aðalbjörn Tryggvason dándose un baño de masas, sonaron compactos y cómodos con los temas de este nuevo trabajo. Empezaron con ‘Dagmál’, ‘Lágnætti’ y ‘Ótta’, para acabar con ‘Goddess Of The Ages’ antes de haber tocado la genial ‘Fjara’. Al fondo, proyecciones del artwork de ‘Ótta’ y elementos propios de la inigualable geografía islandesa.

Turno para ver la propuesta de los americanos Junius. Destacable voz la de Joseph E. Martinez, con notables influencias de Chino Moreno. Buena interpretación de ‘Betray The Grave’ y hora de ver a los míticos Eyehategod por segunda vez, en esta ocasión en la sala-iglesia. Jimmy Bower fumando, esencia a marihuana por doquier. Pogos sin fin y una descarga más potente a la del día anterior, si cabe. Cercanos, bromeando e intercambiando insultos con el público, destrozaron la sala con ‘Masters of Legalized Confusion’, ‘Dixie Whiskey’ y la inmensa ‘Lack of Almost Everything’.

Hubo tiempo también para disfrutar de ‘White Niger’ y ‘Medicine Noose’ o de volver a escuchar ‘Agitation Propaganda’, para acabar de desnucarnos con la desgarradora ‘Kill Your Boss’. No hay poses, ni añadidos: cinco tíos sobre un escenario desollando cada nota.

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Wardruna. Foto de Tamara G. Cisneros.

Cambio de tercio. Espectacular puesta en escena en el main stage de Wardruna, esta vez sin Gaahl, tras su anuncio que dejaría de actuar en directo con la banda. Los noruegos se inspiran en la antigua mitología nórdica y el misticismo que se oculta tras las ruinas escandinavas. Pretenden recrear el poder del rito rúnico de vitkar (hechicero y mago en las sociedades paganas nórdicas) y seidkonas (un tipo de hechizos practicado por los nórdicos paganos) de hace mil años.

Wardruna utiliza instrumentos antiguos e históricos, ropa tradicional y proyecciones inspiradas en el imaginario vikingo. Voces de diversos tonos complementan estos elementos recreando un rico paisaje musical. Verlos en directo es una sensación que vale la pena experimentar.

Les siguieron sus compatriotas Enslaved: claramente inspirados por la cultura vikinga –introdujeron cada canción con el nombre de un personaje destacable de la mitología nórdica-, desgranaron algunos temas viejos más black que animaron a toda la sala (por lo visto en su concierto del sábado, se decantaron por temas de sus últimos trabajos, en los que la voz melódica gana protagonismo).

Para finiquitar la segunda jornada, el inclemente trash-black metal de los americanos Skeletonwitch. Con un Chance Garnette muy entregado a la voz, a pesar de un sonido un tanto deficiente, empezaron a darle al guitarreo con ‘I Am of Death (Hell Has Arrived) para animar al personal con temas como ‘From a Cloudless Sky’, ‘Serpents Unleashed’,’ o la animada ‘Unending, Everliving’ y dar el toque de gracia con ‘The Infernal Resurrection’.

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Skeletonwitch. Foto de Tamara G. Cisneros.

Sábado
Tercera y última jornada. Todo lo bueno se acaba. Y tal y como marca la primavera, día de lluvia en Tilburg. Empezaron los legendarios italianos Goblin poniendo música en directo a la proyección de la célebre película “Dawn of the Dead”. La gente sentada en los infinitos peldaños de la sala principal, pantalla de dimensiones cinematográficas y ellos bajo cuatro focos rojos mimetizados con la película.

Y, declaradamente inspirados por ellos, otro de los bolos destacables de este festival: Acid Witch en Het Patronaat, el enclave perfecto para sus incisivas guitarras y su contundente doom psicodélico. Convencieron. Sonaron temas como ‘Trick or Treat’ o ‘Metal Movie Marijuana Massacre Meltdown’ aderezados con la voz, el órgano y la risa demoniaca de Slasher Dave y Shagrat acompañándole con los riffs de su bajo y completando las voces presentando, a su vez, cada tema. Geniales ‘Witchfynder Finder’ o ‘Stoned to the Grave’, además de una versión de ‘Party Time’ de 45 Grave con el toque de brujería ácida. Muy psicotrópicos. Así son los de Michigan.

Momento de ver a los neoyorkinos Tombs en la misma sala, presentando su último álbum ‘Savage Gold’. Los habíamos visto un año antes en el Temples Festival y no nos defraudaron, mezclando su particular metal experimental, muy inspirado en Neurosis, con raíces black metal. No hay interacción con el público, atronadora descarga y punto y final.

Apenas pudimos disfrutar del rock psicodélico de los ingleses The Heads para pasar a hacer headbanging con el black metal de Black Anvil. Metimos la cabeza en una abarrotada y expectante Green Room para ver la propuesta de los ingleses Undersmile: Taz Corona-Brown y Hel Sterne ataviadas con vestidos rojos y su particular mezcla de sludge y doom.

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Ilustración exclusiva de Andreu Zaragoza (http://www.andreu-zaragoza.com/) inspirada en Wardruna.

Y para rematar la jornada y el festival, tres bandas sorprendentes. Mugstar es uno de esos descubrimientos que llevan impregnado el sello del festival. Esta banda de rock psicodélico viene de Liverpool y ponía la banda sonora a la película “Ad Marginem”, en la que han participado activamente en el proceso creativo. Música claustrofóbica, que te alcanza, te retiene y te aprisiona. Aderezados, al final del set, con proyecciones alucinógenas que contribuían a atraparte, le dieron sentido al “viaje psicotrópico a la densidad sonora” que es Roadburn.

Les siguieron Fistula con su potente sludge, otro de los fichajes del festival, dejando un rastro de destrucción tras de sí. Enfermizos a tope, demoledora descarga vocal la de Dan Harrington. Y para consumar semejante final, nada mejor que una sesión del space rock de Zombie, bucleando en varias capas con sus nebulosas de fondo. Perfecto viaje interestelar.

La dichosa logística no nos permitió quedarnos al Afterburner, jornada en la que Anathema desplegaron todo su repertorio en una de las escasas fechas del tour ‘Resonance’, una celebración de la historia de la música de esta banda, con Duncan Patterson al bajo y la inestimable voz de Darren White, y un repaso a toda su discografía, desde el ‘Distant Satellites’ al ‘Serenades’.

Roadburn 2016: del 14 al 17 de abril… ¡no hay más que decir!

Texto y fotos: Tamara G. Cisneros / Ilustraciones: Andreu Zaragoza (www.andreu-zaragoza.com)