Paradise Lost. ‘The Plague Within’

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Paradise Lost. The Plague Within. Century Media

La primera vez que escuché a Paradise Lost fue en una emisora de radio con motivo de su visita a Barcelona junto a los Sepultura de la mejor época. Era el año 93; presentaban Icon y el tema en cuestión fue ‘Your Hand in Mine’, una joya del doom metal gótico perteneciente a su anterior Shades of God. El detalle personal viene a colación porque escuchando su último The Plague Within uno puede reconectar fácilmente con la esencia de ese disco.

Tras algunos pasos en falso, los de Halifax parecen haber retomado definitivamente el buen rumbo. Y por pasos en falso no me refiero tanto a sus trabajos más controvertidos: a mi parecer, discos como One Second, Symbol of Life y Host son compositivamente bastante superiores a Believe in Nothing e incluso a algunas entregas posteriores.

El camino de vuelta a la raíces escenificado por In Requiem, Faith Divide Us – Death Unite Us y Tragic Idol culmina ahora con un The Plague Within soberbio, no perfecto pero sí deslumbrante y a la altura de sus clásicos: arquitectónicamente su mejor trabajo desde el citado «One Second» y sónicamente el más crudo y poderoso desde Shades of God y Gothic, pero con producción, en el buen sentido, actualizada.

Poesía oscura, lenta y pesada para los oídos y el alma que ha logrado erizarme el vello de nuevo y hacerme reconectar con las sensaciones provocadas por “mi primera vez” con Paradise Lost. Ahora, veintidós años después, cansados, quizás, de falsos o mal entendidos retornos a los orígenes, fuimos muchos los que hicimos caso omiso a las pistas más evidentes, léase la incursión de Greg Mackintosh en el grind-death con Vallenfyre o el regreso al registro gutural de Nick Holmes vía Bloodbath.

Pero las épicas guitarras clásicas del arranque con ‘No Hope in Sight’ nos hacen entrar en razón gracias a un medio tiempo de tres registros que nos va preparando para el primer asalto real, una veloz y desafiante ‘Terminal’ que parece decir mucho más de lo aparente con sencillas afirmaciones vitales (y metamusicales) como “forgive the past”.

La siguen, puntuales paréntesis melódicos mediante (‘An Eternity of Lies’), aunténticas joyas del doom death gótico más esencial como ‘Punishment Through Time’, con unos temblorosos riffs de guitarra a lo Carcass; la netamente doom ‘Beneath Broken Earth’, de tempo tan arrastrado como majestuoso, la mejor del conjunto; ‘Victim of the Past’ y su brillante puente sostenido por un barroco punteo marca de la casa; o ‘Flesh from Bone’, black metal en sintonía con Satyricon que nos recuerda la imperecedera admiración de Holmes por el subgénero nórdico.

El cantante abandona aquí, casi por completo, sus tesituras más pulidas, aunque no del todo: una combinación cuidada aunque no siempre acertada. Puestos a pedir, hubiéramos preferido substituirla por una alternancia de voces rasgadas/femeninas al estilo Gothic. Una pequeña, diminuta mancha, si quieren, que apenas logra salpicar una obra de solemne envergadura. Un placer reencontrarles, maestros.

Texto: David Sabaté / Un extracto de esta crítica ha sido publicada en ROCK I+D

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