
Portada de ‘Mariner’, de Cult of Luna, diseñada por Erik Olofsson.
‘Mariner’, de Cult of Luna & Julie Christmas. Indie Recordings (2016)
Los años parecen dilatarse en el tiempo cuando esperas el nuevo trabajo de una de tus bandas de referencia. Este año, los suecos Cult of Luna se han lanzado al espacio en un viaje interestelar junto a la neoyorquina Julie Christmas, dejando tras de sí la estela de un aclamado trabajo que se perfila como uno de los discos del año. Por Tamara Cisneros.
Cult of Luna, una de las bandas más destacadas del panorama post-metal, tenía el listón por las nubes tras su anterior álbum Vertikal (2013). Mantener el nivel -o superarlo- en cada nueva entrega suponía un reto de considerable magnitud. Si tenemos en cuenta que la banda se han caracterizado por innovar y expandir sus límites en cada nuevo trabajo, era lógico tener grandes expectativas al respecto.
Aún así, es posible que nadie esperase el salto al vacío que ha supuesto Mariner, que cuenta con la participación de Julie Christmas (procedente de Made Out of Babies y Battle of Mice), cuya colaboración dio comienzo hace más de dos años. El primer contacto se remonta a 2014, cuando los suecos invitaron a la neoyorquina a interpretar su trabajo The Bad Wife en el festival londinense Beyond the Redshift.
Al final no pudo ser, pero siguieron en contacto motivados por la admiración mútua. Poco después, el guitarrista Johannes Persson envió a Christmas una demo en la que estaba trabajando la banda para que tuviera total libertad a la hora de escribir las letras y grabar las voces. Quedaron tan impresionados con el resultado que la invitaron a grabar un álbum entero. Tras un año de fructífera relación transoceánica, vio la luz el resultado, una ecuación tan bella que abruma.

Cult of Luna, con Julie Christmas al fondo, en una imagen promocional. Fuente: diablorock.com
En contraste con la iconografía de la película Metrópolis, con maquinaria y repetición industrial como telón de fondo, que subyacía en Vertikal, los suecos focalizan conceptualmente su nuevo trabajo en la exploración espacial, como explicaron en MetalSucks: «Tal vez la respuesta se encuentra allí arriba. Nos hemos dejado llevar… Adelante, más allá. Como los viejos marinos, exploramos la inmensidad del espacio, no estamos sujetos a las leyes físicas, pasamos la velocidad de la luz y perseguimos la expansión del espacio hasta que llegamos a su límite, y seguimos adelante y desaparecemos, esta es nuestra historia». Y todo esto es lo que logra transmitir Mariner.
«‘A Greater Call’ supone el vínculo entre la ciudad y el vacío que va más allá –prosiguen–. Imagínate la emoción invadiéndote mientras andas hacia tu nave espacial. La emoción y la sensación de incertidumbre. ¿Serás capaz de salir de la atmósfera de una sola pieza? Un último respiro antes de despegar y nos vamos. La canción va sobre cómo la humanidad abandona un planeta moribundo. Su única esperanza está más allá. Es el inicio del viaje».
Un despegue suave a través de su característico océano sonoro, el preludio perfecto para que estalle la voz de Persson, en perfecta sintonía con Christmas, como si siempre hubiera estado ahí. Las dos voces se entrelazan ejerciendo un contrapunto impecable. Pocas bandas han sabido crear paisajes sonoros de la calidad e inmensidad de Cult of Luna. Y su último trabajo no ha sido menos. Sus canciones se caracterizan por ser lentas, extensas y abrumadoras. Los riffs distorsionados a menudo se intercalan con intervalos orquestales. Optan por un sonido que va in crescendo, evolucionando con la canción, elevándote hacia cierres catárticos.
En ‘Chevron’, Christmas adquiere el protagonismo vocal y se muestra pletórica, desplegando excelencia tanto en los pasajes más etéreos como en los más desgarradores y potentes, y la simbiosis con la banda se reafirma como un proceso orgánico. La sigue ‘The Wreck of S.S. Needle’, la prueba irrefutable que afianza a Christmas a la voz, con guitarras majestuosas y paisajes sonoros estremecedores. ‘Approaching Transition’ se presenta como la última etapa antes de adentrarnos en la vastedad cósmica, con ritmos más pausados y recuperando el protagonismo de Persson en la parte vocal, cuyo desgarro final nos devuelve a los trazos del aclamado Somewhere Along the Highway.
En el fin de este viaje interestelar, la ineludible influencia de un clásico de la ciencia ficción: la secuencia de ‘Star Gate’ de la película 2001: Una odisea del espacio, del maestro Stanley Kubrick, sirve de inspiración para el tema que cierra el disco, ‘Cygnus’. Persson explica al respecto en una entrevista a Rolling Stone: «Lo que estábamos tratando de transmitir en los últimos minutos del tema fue nuestro sonido penetrando los límites del espacio exterior. Cómo imaginamos que sería cruzar ese límite final del universo y luego continuar hacia la oscuridad y desaparecer». Esta última pieza constituye una puerta estelar de casi 15 minutos.
Mariner se planteó como un trabajo discográfico ajeno al directo. «El objetivo era lanzar el álbum, algo bastante complicado teniendo en cuenta que vivimos a ambos lados del gigantesco océano Atlántico. Pero si hay algo que la vida me ha enseñado, es que nunca debes decir nunca, por muy improbable que parezca», explica Persson en la web de la banda. No obstante, han logrado sincronizar sus horarios y en noviembre han llevado a cabo algunos conciertos en Europa (Estocolomo, Lausanne, Kortrijk, Leeds y Atenas) tocando Mariner de principio a fin. Y aunque no había planes para reproducir el álbum de nuevo, quizás auspiciados por el éxito de público y crítica, han confirmado ya su presencia en el incomparable Festival Psycho de Las Vegas (CA). Estaremos atentos por si surgen más fechas y seguiremos apostando por su prolífica carrera.