Amenra
Mass VI
(Neurot Recordings)
El caso de los belgas Amenra resulta singular: una banda extrema forjada en el underground metálico que ha ido ganando adeptos y popularidad en círculos cada vez mayores sin renunciar a su esencia. Sin embargo, seguramente hayan oído hablar bien y mal de ellos. Hay gente, como ocurre con tantos y tantos grupos, que les tiene bastantes ganas, aunque en la mayoría de los críticos con Amenra las cosas cambian cuando se presencia una de sus descargas en condiciones: un estallido de virulencia inabarcable, oleadas concéntricas de riffs, toneladas de distorsión, dolor y catarsis.
Mucho de ello hay también en sus discos, y este Mass VI no solo es una excepción, sino que logra captar aún mejor su impacto en vivo gracias a una producción robusta y epidérmica. Amenra mantienen inalterables sus ya inconfundibles señas de identidad en algún punto entre el sludge y el post-metal, el post-hardcore y las cadencias doom: abrumadora simplicidad estructural, constructora de bucles de intensidad exponencial; guitarras monolíticas y graves generados por la fricción de placas tectónicas; tempo ralentizado y pesado como toneladas de lava negra arrastrándose morosamente; y la desgarrada voz de Colin H. Van Eeckhout, doliente y honesta, planeando sobre la furibunda marea instrumental.
Suya es una de las aportaciones más novedosas respecto a su obra anterior, con la introducción de voces limpias y melodías vocales de notable calado emocional, cercanas en ocasiones al registro de Maynard James Keenan, y que funcionan como fugaces recesos a la tormenta en piezas como ‘Children of the Eye’, ‘Plus prés de toi’, los once minutos de la astocada final que supone ‘Diaken’, y a las que se entrega a corazón abierto en ‘A Solitary Reign’, la joya de la corona. No se preocupen, a pesar del pico rojo del cisne muerto de su portada, la paleta cromática de Amenra sigue fiel al saturado y riguroso blanco y negro de su imaginería; una en la que devastación y belleza nunca habían sonado tan bien juntas.