A Perfect Circle
Eat The Elephant
(BMG)
¿Qué has estado haciendo durante los últimos 12 años de tu vida? Te diré lo que no ha estado haciendo el señor Maynard, y es sacar nuevo material con sus dos bandas primogénitas. Han tenido que pasar 15 años para que podamos volver a sostener un nuevo disco íntegro de A Perfect Circle. Ni imagino lo que debe suponer el paso de más de una década en blanco para una banda, o mejor dicho, en un proyecto en el que músicos eruditos como Billy Howerdel y Maynard James Keenan andan involucrados. Seguramente el salto se multiplique por mil, o por diez mil. Entonces, ¿cómo abordar Eat The Elephant en semejantes condiciones? ¿Merecerá la pena tanta espera?
Afortunadamente, Howerdel se ha superado con creces como multiinstrumentista, siendo un acierto el dotar de mayor protagonismo a los teclados. Prueba de todo ello es ‘Disillusioned’, el tema más sobresaliente, con el que la banda lanza una crítica sobre la sociedad que se nos está quedando entorno a las nuevas tecnologías. Mi podio personal lo completan ‘Hourglass’ y sus sonidos electrónicos, seguido por el single ‘The Doomed’, la canción con la que nos devolvieron la esperanza a finales del año pasado. Sin pasar por alto ‘By And Down The River’, que tiene un no sé qué, que qué sé yo, que me encanta. Un tema que bien merecía ser regrabado y explotado más allá de aquel recopilatorio Three Sixty. De ahí que sea el que más recuerde a los A Perfect Circle de hace una década.
Pero si hay algo que se me atraganta es la oda ‘So Long, And Thanks For All The Fish’, con la que se toman la licencia de crear pop a su manera. El resultado es el mismo que el de Steven Wilson y su ‘Permanating’: infumable. Por suerte, la oscuridad de ‘Talk Talk’ llega al rescate y rápido se pasa el mal trago.
En definitiva, y pese a que su portada sea más fea que el pie de otro, al final Eat The Elephant armoniza bien todos estos cambios y rodeos. No es el mejor disco de A Perfect Circle ni de lejos (¿acaso esperabas que fuese así?), pero desde luego sí es una fuerte vuelta a las andadas. El registro melancólico de Maynard presenta una voz mucho menos agresiva –claramente influida por su trabajo vocal en Puscifer– y, en general, el sonido del álbum es mucho más orgánico. Veremos cómo se defienden en directo en festivales como el Download Festival de Madrid y el Be Prog! My Friend de Barcelona. Por suerte, la espera será mucho más corta.