Carpenter Brut + Gost. 06-11-2018. Razzmatazz (Barcelona). Promotor: Primavera Sound
Los martes son los nuevos viernes. O eso pensamos muchos de los allí presentes, pues las melodías de Carpenter Brut, el nuevo icono del synthwave –o retrowave–, daban pie a alargar la noche hasta altas horas de la madrugada. Fenómeno hype aparte, su líder Franck Hueso demostró ser capaz de unir bajo a un mismo techo a un público muy heterogéneo (desde metaleros de toda la vida a la escena más moderna de la ciudad condal). Y es que la música de Carpenter Brut no se limita a un solo tipo de festival: les hemos visto pasar por el Roadburn, pero también por el Primavera Sound o el Download, legitimando una propuesta con una amplitud de miras realmente ejemplar.
A primera hora, y con una sala aún a medio gas, calentó motores otro enigmático productor del género, Gost, centrando buena parte de su setlist en las canciones de Possessor (Blood Music, 2018), su último trabajo. Ataviado con una túnica negra, que incluía un velo que le cubría la cara, supo desgranar su particular misa negra para adular al demonio Baalberith con electrónica dura y oscura. Sintetizadores sobre un púlpito con una calavera brillante roja en el centro y dos columnas a sus laterales con simbología satánica.
Aunque su propuesta suele basarse en sonidos pregrabados, Gost supo introducir convincentemente en el escenario ejecuciones al bajo y a la voz que daban cuerpo a su distintiva concepción de la electrónica. El público se debatía entre hacer headbanging o ponerse a bailar. Mención al cierre, con ‘Head Like A Hole’ de Nine Inch Nails redondeando una actuación impactante, donde los bailoteos de la audiencia ya presagiaban lo que llegaría a continuación.
Tras un breve intervalo amenizado con música ambiente de Europe y Van Halen, Carpenter Brut se presentaron con su efectiva y explosiva amalgama de metal, electrónica y música de grandes maestros como John Carpenter, Dario Argento o Goblin. Desde las primeras notas de ‘Leather Teeth’, primer tema de su álbum homónimo y trabajo que presentaban en esta gira, se desató la locura y la entrega del público fue absoluta. Pusieron la sala literalmente patas arriba. Sobre el escenario: el artista francés Franck Hueso a los sintetizadores, acompañado, como es habitual en sus directos, por el guitarrista Adrien Grousset y el baterista Florent Marcadet.
A este hit, le siguieron ‘Division Ruine’, ‘Roller Mobster’ o ‘Beware The Beast’, con karaoke incluido en la pantalla posterior y la voz del siempre genial Mat McNerney (Greave Pleasures, Beastmilk, Hexvessel, Code), temazo donde los haya. De su último trabajo también sonaron las efectivas ‘Cheerleader Effect’, ‘Monday Hunt’, ‘Inferno Galore’ y ‘Hairspray Hurricane’.
Como era de esperar, uno de los temas estrella de Carpenter Brut, ‘Turbo Killer’, no se hizo esperar mucho, como tampoco la pegadiza ‘Disco Zombi Italia’. La esperadísima cover final de ‘Maniac’, de Michael Sembello –mítica canción de los 80 que aparece en la película Flashdance–, su ya habitual cierre festivalero, provocó el delirio total en la sala, con su ritmo incombustible y un griterío generalizado al compás del karaoke de la pantalla trasera. Un orgasmo de diversión y energía a raudales. Ovación generalizada. Catarsis.
Durante algo más de una hora sonaron hasta diecisiete temas capaces de romper cualquier pista el fin de semana. El comedido juego de luces cedió el protagonismo a sus ya indisociables proyecciones visuales, mezcla de soft porn, gore y películas de terror de serie B con el logo satánico del grupo… iconografía de los ochenta que se nota en su puesta en escena y que encaja a la perfección con sus composiciones. Carpenter Brut nos dejó con ganas de más. Y deseamos que fuera fin de semana para seguir moviendo el esqueleto al compás de sus pegadizos ritmos synth.
Quién estuvo allí no podrá negar que aquello fue un auténtico festival. Memorable ración de baile, su convincente mix de electrónica ochentera y banda sonora de género demostró estar más allá de cualquier moda pasajera. Es una realidad que los 80 han vuelto con más fuerza que nunca y Carpenter Brut se afianza como banda icónica del revival. Sin duda, uno de los directos del año.