Watain + Rotting Christ + Profanatica. 14-11-2018. Razzmatazz 2 (Barcelona). Promotor: Madness Live!
Aunque hacía escasos meses de su anterior visita a la Sala Upload, valía la pena estar a primera hora en la Sala Razzmatazz 2 de Barcelona para poder volver a ver a una banda tan complicada de disfrutar en directo como Profanatica. Los americanos, con el batería y vocalista Paul Ledney como maestro de ceremonias, repasaron su discografía y, en especial, su último EP Altar of the Virgin Whore para dar una lección de trve black metal que a muchas otras bandas actuales les encantaría poder aspirar.
Los siguientes en tocar fueron los griegos Rotting Christ, quienes parecen vivir en una gira continua desde que su disco Ritual se publicó en 2016. Sinceramente, no sé qué decir de este concierto. Rotting Christ son una buena banda, pero solamente les hemos disfrutado algo en la gira con Inquisition en la Sala Apolo 2. Desde entonces, cada vez parecen más insulsos, con más samplers pregrabados, con unas líneas vocales y con una colección de sonidos que se distancian de su black metal más melódico. Y es que, sinceramente y sin miedo a exagerar, en algunos temas parecía que estábamos más ante un concierto de Rammstein que en uno de black. Además, apreciado Sakis Tolis, provocar al público para que monte un pogo en un concierto así, pues como que no va mucho con vuestro teórico estilo. Vosotros mismos.
Lo de Watain fue otra historia. Los suecos salieron a escena envueltos de su habitual arsenal simbólico: tridentes, cruces invertidas y cálices en llamas que se encargó de encender con parsimonia, antorcha en mano, un Erik Danielsson ceremonial. Sin embargo, los preámbulos y la calma tensa durarían poco: ‘Storm of the Antichrist’, de su ya lejano Sworn to the Dark, y ‘Nuclear Alchemy’, apertura de su último disco Trident Wolf Eclipse, uno de los mejores de la temporada, nos sacudieron con virulencia.
- Watain
- Watain
- Watain
- Watain
- Rotting Christ
- Rotting Christ
- Rotting Christ
- Profanatica
- Profanatica
El sonido, difícil de calibrar en este tipo de sonoridades, se corrigió rápidamente y pudimos constatar varias cosas: por un lado, el cuidado de Watain por todos los detalles que implica un buen directo, algo que los pioneros del género Mayhem parecieron olvidar, sobre todo en lo referente al sonido, en su última visita a Barcelona. Por el otro, la profesionalidad creciente de una banda que, hoy en día, encarna como pocas la esencia de black metal; puede que Watain hayan perdido urgencia, sensación de caos y peligrosidad, pero hemos ganado un directo más focalizado en las canciones y en una ejecución perfecta que sustituye el trance alucinado de antaño por una ritualística más estudiada pero no por ello menos disfrutable: en una suerte de testimonio extremo del shock rock, la banda llegó a rociar de sangre –¿falsa?– los espectadores de las primeras filas.
La liturgia prosiguió con temas recientes –’The Child Must Die’, de su anterior The Wild Hunt, las nuevas ‘Furor Diabolicus’ y ‘Sacred Damnation’– y recuperaciones de la pasada década como las climáticas ‘Malfeitor’ y ‘Sworn to the Dark’. La misa negra concluyó con ‘The Serpents Chalice’ y una outro ambiental que cerró la invocación colectiva, con Danielsson arrodillado de espaldas a la audiencia y bebiendo de un cáliz mientras el aroma a piel y carne quemadas se incrustaba en nuestras fosas nasales para acompañarnos durante días. Más profesionales, sí, pero también brutales y fieles a su esencia. Satán bendiga a Watain.