Sleep + Lucy in Blue. 18-10-2019. Sala Apolo (Barcelona). Promotor: Primavera Sound
Pocas presentaciones le hacen falta a una banda de culto como Sleep. Un grupo de referencia, sin discusión, en el campo del stoner, el doom y el sludge. El pasado mes de octubre pasaron por Barcelona para presentar su nuevo disco, The Sciences, editado por Third Man Records; un álbum cargado de riffs demoledores, tempos lentos y pesados, y sonidos grasientos cargadísimos de lodo.
La coyuntura del momento en Barcelona, con el estallido de manifestaciones a comienzos de esa semana, hicieron que muchos temieran por la cancelación del concierto, pero una foto de la Sagrada Familia en las redes sociales de la banda pocas horas antes de la cita apaciguó los ánimos de los más pesimistas. Y aunque se temía por los posibles problemas de acceso a la sala, y los comentarios alarmistas se sucedían durante los días previos en los medios y en numerosas plataformas digitales, muchos nos sorprendimos al ver la sala Apolo llena hasta la bandera tras pasar por la manifestación convocada en el centro de la ciudad.
Los islandeses Lucy in Blue calentaron el ambiente de la velada con el rock psicodélico de su reciente segundo disco, In Flight. Aunque la verdadera expectación, por supuesto, era para los californianos. Hacia las nueve de la noche, pudimos escuchar lo que parecía una conversación entre un astronauta y una base de control, una referencia directa al protagonista de la portada de su último álbum. Aunque la cultura de la marihuana ha cambiado mucho en las más de dos décadas transcurridas desde la edición del clásico del stoner doom Dopesmoker, su nuevo álbum es un digno alegato a los sonidos de la vieja escuela, una oda doble al volumen y a la hierba.
Sin más preludios ni presentaciones, sonaron los primeros acordes de ‘Marijuanaut’s Theme’, con un sonido atronador protagonizado por los aplastantes riffs de Matt Pike, el bajo de Al Cisneros y la inigualable batería de Jason Roeder; un gran bong rip que nos hizo levitar hasta el cosmos, mientras Cisneros nos explicaba cómo un viajero espacial flotante atraviesa mares galácticos en una cápsula mientras saluda al «Planeta Iommia» desde muy, muy lejos.
Siguieron con el clásico ‘Holy Mountain’, tema que podría describir la amalgama de sonidos que confluyen en Sleep. La ovación del público y el movimiento al unísono de cientos de cabezas nos ofreció una imagen digna de ver. La atmósfera que consiguieron crear fue asfixiante y las influencias de Black Sabbath, más que palpables. Todo ello bañado por una bruma corpórea que parecía rendir homenaje a la inherente vinculación de la banda con el oro verde.
Turno para su EP del 2014, ‘The Clarity’, cuyos poderosos acordes me hicieron recordar las palabras que la banda le dedicó en una entrevista: “es una continuación lírica de toda una vida de disfrute de la marihuana”. Pike, fiel a su alergia por las camisetas, se entregó en cuerpo y alma a su instrumento, mientras Al Cisneros ejecutaba sus ya tradicionales movimientos, hipnotizado, al desgranar sus notas de bajo.
En este punto, recuperaron tres temas de su último trabajo, intercalando ‘Leagues Beneath’, un tema denso y profundo, una masa cavernosa y de combustión lenta de riffs doom en los que resultó inevitable sumergirse; ‘Sonic Titan’, repleto de riffs grasientos e interminables solos de guitarra mientras los platos de Roeder nos dirigían sin freno hacia la prometida tierra de Sion; y, por último, ‘Giza Butler’, más meditativa, rítmicamente fluida y con toques psicodélicos. Cisneros proclamó aquí su eterna devoción por la mitología egipcia (Guiza, la legendaria ciudad cuna de Las Tres Pirámides y la Gran Esfinge) y Geezer Butler (bajista de Black Sabbath); mientras que la instrumental ‘The Botanist’, tema que cierra su último disco, mostró a una banda más oscura y reflexiva de la mano de un Matt Pike pletórico.
Y bueno, fue imposible acabar de otra manera: ‘Dragonaut’ es una masterpiece, ¡un clásico que ya ha superado el cuarto de siglo! Esa noche sonó acorde a su esencia: cargado con los riffs más bestias de la historia del género. Y con esa magia capaz de hacernos recordar la primera vez que los escuchamos. A la salida, opiniones dispares sobre la calidad del sonido: más bajo de lo habitual para unos, perfecto para otros. Y merchandising para gusto de todos. Al fin y al cabo, Sleep demostraron una vez más por qué son una banda icónica.