2019, un año más. O menos, según se mire. Con el bonus track del cambio de década. No nos aventuramos a presagiar qué nos deparará el futuro, ni siquiera el inmediato, pero sí podemos afirmar que ha sido una buena década. Si nos centramos en los últimos doce meses, constatamos un elevado nivel en los discos publicados dentro del marco –o en los márgenes– de los estilos que más nos gustan: del black metal (Mgla, Mayhem, Abbath, Gaahls Wyrd), el death metal (Blood Incantation, Inter Arma, Gatecreeper, Krypts) o el doom (Candlemass, Spirit Adrift) al electro-industrial (Blanck Mass), el rock alternativo o el dark folk.
También apreciamos cierta tendencia a las obras dolorosamente honestas y transparentes, que nos muestran a artistas rotos capaces de sacar fuerzas e inspiración de los momentos más bajos. Son trabajos que no dejan indiferente, a menudo tristes o incómodos, cuando no difíciles de escuchar, pero que, si logras adentrarte en ellos como merecen, tienen recompensa. Hablamos de músicos como Lingua Ignota o Nick Cave; discos que trascienden lo musical para radiografiar las duras vivencias de sus autores.
Por último, pero no menos importante, observamos una fuerte presencia de artistas femeninas en nuestro top: de la mencionada Lingua Ignota a Chelsea Wolfe, pasando por los Brutus de Stefanie Mannaerts o los Venom Prison liderados por Larissa Stupar. Y lo mejor de todo es que su presencia aquí no es fruto de ninguna cuota o estrategia forzada. Tampoco es que hayan cambiado las tornas, ni mucho menos, pero sí resulta significativo que algunas de las obras más personales y memorables del 2019 estén firmadas por ellas. Con todo, vamos allá: estos son los mejores discos de 2019 según los que hacemos posible Goliath Is Dead. Esperamos que disfrutes tanto de nuestra selección como nosotros preparándola. Enjoy!
40. Abbath – Outstrider
39. Sunn O))) – Pyroclasts
38. Idle Hands – Mana
37. Possessed – Revelations of Oblivion
36. Kadavar – For The Dead Travel Fast
35. Young Gods – Data Mirage Tangram
34. Russian Circles – Blood Year
33. Graveyard – Hold Back the Down
32. Kate Tempest – The Book of Traps and Lessons
31. Venom Prison – Samsara
30. Adrift – Pure
29. Deathspell Omega – The Furnaces of Palingenesia
28. Blut Aus Nord – Hallucinogen
27. Atlantean Kodex – The Course of Empire
26. Candlemass – The Door to Doom
25. Foscor – Els Sepulcres Blancs
24. Hexvessel – All Tree
23. Opeth – In Cauda Venenum
22. Liturgy – HAQQ
21. Blanck Mass – Animated Violence Mild
20. Krypts – Cadaver Circulation
19. King Gizzard and the Lizard Wizard – Infest the Rats’ Nest
18. Gatecreepeer – Deserted
17. Spirit Adrift – Divided by Darkness
16. Teitanblood – The Baneful Choir
15. Mayhem – Daemon
14. Blood Incantation – Hidden Story of the Human Race
13. Misery Loves Co. – Zero
12. Swallow The Sun – When A Shadow Is Forced Into The Light
11. Mgla – Age of Excuse
10. Inter Arma
Sulphur English
(Relapse Records)
El quinteto de Richmond nos entrega su obra más sólida y brutal hasta la fecha. Un gigantesco fresco sobre el Apocalipsis construido sobre una arquitectura de trazos progresivos que hace de la repetición de patrones y fraseos una auténtica virtud. La reiteración
premeditada de elementos y los temas volubles y dilatados que componen Sulphur English consiguen su cometido: sumergirnos en su mantra absorbente de guitarras disonantes que parecen derretirse con el fuego del Armaggedon. Y en mitad de esta sinfonía del Juicio Final, junto a ecos del vacío interdimensional como ‘Howling Lands’, somos testigos de los últimos destellos de luz del cosmos, como atestiguan el folk alucinado de ‘Stillness’ o el piano abismal de ‘Observances of the Path’. Apabullantes. David Sabaté
9. Alcest
Spiritual Instinct
(Nuclear Blast Records)
El dúo francés lleva dos décadas de carrera al margen de los patrones previsibles de cualquier género musical. Surgidos del la escena del black metal galo, en la que nunca acabaron de encajar, y cercanos a la órbita del post-rock, después, Alcest constituyen un auténtico rara avis musical. En su último trabajo, este esplendoroso y envolvente Spiritual Instinct, dotan de una mayor urgencia su atmosférico blackgaze. Siguen teniendo tacto y sensibilidad para los cambios de tono, los matices y los arreglos detallistas, pero aquí suenan más directos y contundentes que en anteriores entregas sin alejarse por ello de la profundidad de sus místicas letras. En palabras del propio Neige, estamos ante «una exploración de lo celestial y lo primitivo, lo salvaje y lo bello, el último misterio de lo que realmente representa ser humano». Amén. David Sabaté
8. Nick Cave
Ghosteen
(Bad Seed / Popstock!)
Ghosteen es uno de aquellos discos que si no cambian tu vida, sí al menos tu manera de ver las cosas. En tiempos de hedonismo vacío, urgencia superficial y diversión hasta el absurdo, la última obra de Nick Cave reivindica directamente su lugar junto a clásicos inmediatos como el Blackstar de David Bowie, otro disco sobre la muerte. Y sobre la vida. Dos caras de una misma realidad. Marcado por la pérdida de uno de sus hijos, Ghosteen es la dolorosa elegía que el músico ha extraído de lo más profundo del alma para intentar recomponer su corazón. Un viaje exigente pero de una belleza desbordante que completa la trilogía iniciada con Push the Sky Away y Skeleton Tree. Le acompañan en el via crucis unos Bad Seeds etéreos y más contenidos, si cabe, de lo habitual. Y paseando por ese limbo plasmado en la portada, un Cave más libre y emotivo que nunca en busca de la ansiada redención. Uno de esos discos que desprende verdad. Magistral. David Sabaté
7. Gaahls Wyrd
GastiR – Ghosts Invited
(Season of Mist)
Gaahl parece haber logrado de una vez por todas sacudirse de encima la pesada losa de su exbanda Gorgoroth para encauzar su creatividad de forma más libre en Gaahls Wyrd. Tras el EP Bergen Nov ’15, este primer largo condensa su universo de forma coherente y deslumbrante. Al escucharlo, parece como si todas las piezas encajaran y uno tiene la sensación de asistir a la expresión más fiel de la visión artística del noruego, menos ortodoxa que la ofrecida en la mayoría de sus anteriores proyectos y, a fin de cuentas, mucho más estimulante. Un trabajo expresionista, misterioso y repleto de matices; una obra tan bella y desoladora como el mundo plasmado en sus propias pinturas. Crítica de GastiR – Ghosts Invited por David Sabaté
6. Brutus
Nest
(Sargent House)
¿Podrían ser Brutus una de las nuevas sensaciones del rock? Servidor piensa que es muy posible. Tienen las canciones, la honestidad y la creatividad para ser los Deftones o los Faith No More de su generación: una banda alternativa tremendamente personal, que abarca muchos estilos sin casarse con ninguno y que apela a una gran cantidad de públicos distintos. Si lo consiguen o no dependerá de muchas cosas (la mayoría ni siquiera dependen de ellos), pero si tenemos algo claro es que van a trabajar por ello al máximo. Desde aquí les deseamos lo mejor y los apoyamos como nadie, y esperamos que en el futuro nos sigan deleitando con discos tan excepcionales como este. Crítica de Nest por Esteban Portero
5. Tool
Fear Inoculum
(Volcano / Sony)
Trece años después, por fin, aquí está Fear Inoculum, uno de los mayores acontecimientos musicales de la década, que ha conseguido incluso llegar al número uno en EEUU, por encima de la superestrella del pop Taylor Swift. Cuando nos encontramos ante un evento de semejante calibre, es absolutamente imposible mantenerse objetivo ante lo que nuestros oídos perciben. Trece años son muchos, Tool son una de las bandas más influyentes en el rock y el metal del último cuarto de siglo y, para bien o para mal, en la mayoría de casos van a confluir muchos condicionantes. Con todo, el álbum tiene buenos temas, un nivel técnico y sonoro impresionante, unos cuantos buenos ganchos y grandes letras con temáticas tan interesantes como representativas del estado actual de la banda. Crítica de Fear Inoculum por Esteban Portero
4. Chelsea Wolfe
Birth of Violence
(Sargent House)
Sin abandonar sus señas de identidad, Chelsea Wolfe construye en Birth of Violence un carrusel acústico de ambientaciones ensoñadoras preñadas de oscuridad. Son buenos ejemplos ‘American Darkness’ y sus delicados arreglos; la hipnótica ‘Erde’, en la que nos recuerda a la PJ Harvey de Is This Desire?; la brillante ‘Deranged for Rock & Roll’ o la más épica ‘Be All Things’. Por el camino, cual sacerdotisa, la compositora hilvana con delicadeza y pulso unas piezas río que parecen invocar a la Diosa Naturaleza pero que aluden, también, a temas más terrenales como las masacres en escuelas tristemente habituales en su país (estremecedora ‘Little Grave’). Un trabajo oscuro, íntimo y hechizante que confirma a la californiana como artista cada vez más sólida y personal. Crítica de Birth of Violence por David Sabaté
3. GOLD
Why Aren’t You Laughing?
(Artoffact Records)
Tras No Image y, en especial, Optimist, su anterior disco de hace un par de años, los de Rotterdam dejaron claro que lo suyo no obedece a ningún patrón musical predecible. Su apuesta podría definirse como pop-rock oscuro, pero la definición no reflejaría todo lo que encontramos en el singular universo de los holandeses. La enigmática voz de Milena Eva y el guitarrista y compositor Thomas Sciarone (ex The Devil’s Blood) conducen la música de GOLD por un terreno en el que otros fácilmente desbarrarían: uno en el que las melodías pegadizas conviven con el nihilismo y la misantropía; en el que el indie rock flirtea con estructuras avantgarde y voces góticas cristalinas; y en el que lo frágil e intimista se funde con furibundas ráfagas de blast beats. Únicos. David Sabaté
2. Lingua Ignota
Caligula
(Profound Lore)
Habrá quien afirme que estamos ante un trabajo inaccesible y hermético. Solo espero que argumenten lo mismo con Swans o Sunn O))). No les negaré que Caligula no es carne de radio fórmula, pero merece la pena escucharlo con paciencia y detenimiento. Resulta difícil describir con palabras la experiencia sonora, estética y lírica que supone este disco. Su artífice, Kristin Hayter, sobrevivió a la violencia machista y a la anorexia y Caligula es su venganza. Fría e implacable. Una desgarrada exhibición emocional que más que conmover al oyente, lo abre en canal. Un recorrido místico y tortuoso con resonancias a Jarboe, Diamanda Galas y Dead Can Dance. Una obra arisca e incómoda, bella y necesaria. Pura catarsis. Crítica de Caligula por David Sabaté
1. Cult of Luna
A Dawn to Fear
(Metal Blade Records)
Tres años después de Mariner, los suecos regresan por la puerta grande con un nuevo trabajo sólido e imponente. El álbum se abre con ‘The Silent Man’, pieza de más de diez minutos de corte oscuro y machacón que resulta una magnífica carta de presentación para la línea general del disco, lleno de distorsiones y riffs pesados, voces desgarradas y atmósferas evocadoras que nos llevan hasta ‘The Fall’. Un muro sonoro inquebrantable en el que la banda recupera su personalidad más afín a las joyas de la corona como son Salvation y Somewhere Along The Highway, manteniendo el equilibro perfecto entre densidad y delicadeza, entre rabia y melancolía. Crítica de A Dawn to Fear por Alba Rodrigo