
Poster de la presente edición del Roadburn. Fuente: theobelisk.net.
El neerlandés Roadburn Festival es una experiencia que cualquier fan de la música dura con afección por la inmersión, la apertura de miras, lo underground o la experimentación debería vivir al menos una vez en la vida. Hoy os traemos un buen puñado de motivos para peregrinar a Tilburg, y otros tantos para hacerlo este 2020.
Lo mejor de un festival, en plena ciudad
Olvídate de escenarios al aire libre con sonido deficiente, Roadburn demuestra como nadie que es posible hacer un festival de varios días en el que puedas presenciar las actuaciones de las bandas del cartel en su máxima calidad: en formato sala. Con el corazón del evento asentado en la monumental 013 (una de las mejores salas de Europa), el resto de escenarios se distribuyen en otros recintos cerrados ubicados en el centro de la ciudad, y a escasos minutos entre ellos.
Su limitadísimo aforo (unas 4.000 personas por día) también garantiza que, salvo por el puntual concierto en sala pequeña al que todo el mundo quiere atender y para el que deberás hacer algo de cola, no vas a sufrir la masificación habitual de los grandes festivales europeos. Por último, su ubicación presenta un sinfín de comodidades para hacer que disfrutar de la música sea tu única preocupación: restaurantes, bares, supermercados y cualquier tipo de establecimiento pueblan las calles del festival, incluso puedes conseguir alojarte en algún hostal a apenas 10 minutos andando de los conciertos, si tienes suerte.
Conciertos que no verás en ningún otro lugar
Si algo caracteriza las actuaciones en Roadburn es su sentimiento de singularidad. Muchas de las bandas del cartel interpretan discos al completo, otras estrenan álbum en primicia y algunas simplemente construyen un repertorio especial para la ocasión. Entre ellas podríamos mencionar de este 2020 a Alcest interpretando exclusivamente temas de “Kodama” y “Spiritual Instinct”; 40 Watt Sun tocando “The Inside Room” íntegramente; los tres conciertos de Dead Neanderthals para celebrar su décimo aniversario o los estrenos en primicia de lo nuevo de Dool y Oranssi Pazuzu.

Dool. Photo de Nona Limmen. Fuente: stadtkonzerte.ch.
También es habitual presenciar multitud de colaboraciones que difícilmente se producen fuera de este entorno, y el festival cuenta incluso con una política de conciertos sorpresa en la que se anuncian actuaciones a horas de su inicio, siendo los protagonistas normalmente bandas del cartel que realizan un set adicional para aquellos que o bien se lo perdieron o bien quieren repetir viendo un set distinto. En algunas situaciones incluso han actuado bandas que no estaban programadas para ningún día, como pasó con Misþyrming en 2017.
El festival también presenta, desde hace unos años, conciertos expresamente encargados para el evento, gracias a su ciclo “Comissioned Music”. Algunas de estas colaboraciones terminan siendo tan fructíferas que son publicadas posteriormente como álbumes, como fue el caso del increíblemente exitoso set de Oranssi Pazuzu con Dark Buddha Rising en 2018 bajo el nombre de Waste of Space Orchestra. Los conciertos “por encargo” de este año incluyen a James Kent (Perturbator) con Johannes Persson (Cult of Luna), una comunión entre música clásica y post-metal por obra de Jo Quail titulada “The Cartographer”, y la unión de Vile Creature con Bismuth en “A Hymn of Loss and Hope”.
Un cartel mimado al detalle
Durante sus más de 20 años de vida, el festival ha estado evolucionando con la propia música y redefiniendo lo que significa “duro”. Desde el black metal más abrasivo hasta la electrónica más oscura, Roadburn no pone límite estilístico alguno. El hilo común aquí son los sentimientos, las atmósferas, el desafío a la norma y sobretodo, el underground y una manera distinta de hacer las cosas. El ojo clínico de Walter Hoeijmakers cada año nos trae una cantidad de bandas enormes que poca gente conoce, y ese es uno de los muchos encantos del evento: incluso aunque no conozcas a gran parte de la parrilla, tienes el valor seguro de que saldrás con un montón de nuevas bandas favoritas. Incluso puede que algunas de ellas se hagan bastante grandes más tarde, como fue el caso de unos Zeal & Ardor que dieron allí uno de sus primeros conciertos.

Okkultokrati. Fuente: okkultokrati.bandcamp.com.
Pero Walter no es el único encargado de que el cartel sea variado y apetitoso. Cada año, el festival cuenta con la figura del comisario, es decir, un músico de renombre encargado de seleccionar una gran porción de las bandas. Por este puesto han pasado artistas como Mikael Åkerfeldt (Opeth), Tom G. Warrior (Celtic Frost, Tryptikon) o Jacob Bannon (Converge), y este año no contamos con uno, sino dos: Emma Ruth Rundle y James Kent (Perturbator), quienes ya han anunciado incorporaciones tan suculentas y variadas como Mizmor, Okkultokrati, Torche o HEALTH.
La dualidad en 2020 no acaba ahí, dado que también se duplicará por primera vez otra de las estampas más características del evento: el artista residente. La edición de este año contará ni más ni menos que con una actuación diaria de Lingua Ignota y de Full of Hell. La primera dedicará un día a “All Bitches Die”, otro a “Caligula”, un tercero a un set de versiones en el que estará acompañada por Alexis Marshall de Daughters, y por último una colaboración con los propios Full of Hell. La punterísima banda de grindcore, por su parte, nos regalará la interpretación de su reciente “Weeping Choir”, otra del anterior “Trumpeting Ecstasy” y un cuarto show centrado en sus primeros lanzamientos.
5 píldoras de lo que está por venir
El line-up incluye la friolera de seis de los autores de nuestros discos favoritos del año pasado (Lingua Ignota, Brutus, Alcest, Inter Arma, Blanck Mass y Russian Circles). Y por si todo esto no bastase, terminamos con cinco recomendaciones personales para indagar en el cartel, que prometen estar entre los momentos del festival.

Julie Christmas. Fuente: metalsucks.net.
Julie Christmas
La increíble vocalista de Brooklyn vuelve a Tilburg dos años después de interpretar al completo “Mariner”, su disco colaborativo con Cult of Luna. En esta ocasión nos ofrecerá un concierto especial en el que revisará toda su discografía, incluyendo el mencionado pero también su trabajo con Battle of Mice, Made Out of Babies y su obra en solitario, línea artística de la que presentará también nuevas canciones. La acompañará una banda a la altura de la ocasión y, pese a que desconocemos la identidad de todos sus miembros, de momento sabemos que contará con Laura Pleasants (Kylesa) y Johannes Persson (Cult of Luna).
White Ward
Los ucranianos son una de las revelaciones de los últimos meses, y apuntan muy alto. Su segundo disco, “Love Exchange Failure” (2019) trae en lo musical una personalísima mezcla de post-black con jazz noir a la Bohren und der Club of Gore, y en lo lírico un relato de angustia existencial y crisis antropocénica. Una propuesta de lo más innovadora y expresiva, de la que esperamos una experiencia en directo a la altura.
Pijn x Conjurer
Ambas bandas tocaron por separado en la edición del año pasado, en un showcase de Holy Roar junto a A.A. Williams, Svalbard y Secret Cutter que pedía a gritos pasar el día entero en uno de los escenarios más pequeños del festival. Este 2020 vuelven presentando “Curse these Metal Hands”, un EP colaborativo en el que han creado cuatro monumentales canciones de un estilo muy particular que, por acercarse a algo, recordaría a unos Baroness hipermusculados.
Boy Harsher
El post-punk lleva años gozando de presencia en el cartel de Roadburn, pero este año su cómputo es mucho mayor -en gran parte gracias a las elecciones de los comisarios-, y este dúo de Massachussets se presenta como una de las puntas de lanza del género. Su particular visión del estilo, combinando a la perfección tradición 80s y nuevos sonidos, es más que adictiva.
Cloud Rat
Este conjunto realizó el año pasado un tremendo acto honestidad y libertad artística al publicar dos álbumes totalmente opuestos. “Pollinator” concentraba su habitual rabia grindcore, mientras que “Do Not Let Me Off the Cliff” traía una faceta darkwave que dominaron desde el minuto uno. Ambos enormes discos, Roadburn será el marco perfecto para dedicar un concierto a cada faceta, teniéndolos en Europa por primera vez en cinco años.