
‘Saint Maud’, de Rose Glass. Fuente: losinterrogantes.com
Durante el año de la oscuridad, por un par de semanas vimos la luz. Una luz que parecía improbable que fuese a brillar, la luz de los proyectores del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. El festival de Sitges siempre es una experiencia extraordinaria para aquellos aficionados al fantástico y al cine el general, pero particularmente en 2020 fue todo un salvavidas el mero hecho de que se llevase a cabo. Con formato híbrido, muchas medidas de seguridad, menos películas, sin apenas presentaciones físicas y con mucho menos ambiente en la localidad tarraconense, pero lo importante es que se llevó a cabo. Y por ello estamos muy agradecidos.
Pero no todo en la edición del año de inicio de la pandemia fue negativo. De los impedimentos surgieron virtudes. La ausencia de producciones estadounidenses dió espacio a un mayor número de películas del resto de continentes. La plataforma de streaming habilitada permitió a gente de cerca y lejos, que no podía estar allí con nosotros, vivir la experiencia desde casa. Y por supuesto, pudimos ver grandísimas obras tanto en la gran pantalla como en la pequeña. Algunas de ellas están llegando a los cines ahora, otras están disponibles en plataformas como Filmin, algunas todavía están por estrenar y otras, como suele pasar, tal vez no lleguen a España. Sea como sea, aquí tenéis nuestras impresiones de gran parte de lo que vimos el año pasado en nuestro festival de cine predilecto, y dónde verlas en este 2021 en el que las cosas siguen complicadas para la cultura.
Possessor, de Brandon Cronenberg

‘Possessor’, de Brandon Cronenberg. Fuente: sitgesfilmfestival.com.
Llegó como favorita y se marchó premiada como mejor película y mejor dirección, galardones que se suman a aquel de mejor debut por Antiviral allá por 2012. Brandon Cronenberg está imparable, y este segundo largo es simple y llanamente una de las mejores películas de 2020. A caballo entre el thriller sci-fi de Nolan y el body horror de su padre, Cronenberg combina a la perfección tradición y futuro. La estética luminosa e inmaculada de todo el film funciona de maravilla con lo efectista que es con la sangre, y no tiene ningún miedo a combinar los efectos especiales más modernos y sutiles con el puro látex que corre por sus venas. Para muestra, esa ya icónica y escalofriante escena de la máscara. Temáticas como los conflictos identitarios, la privacidad electrónica y los deseos más primarios del ser humano convergen en esta orgía de neón y sangre. Estamos deseando saber qué será lo próximo. Eso sí, ojalá no tener que esperar ocho años.
Peninsula, de Yeon Sang-Ho

‘Peninsula’, de Yeon Sang-Ho. Fuente: sitgesfilmfestival.com
La secuela de la aclamadísima Train to Busan llegaba a Sitges con su premiere aguada por la filtración de la cinta en redes, y se marchó con una recepción tibia en la Sección Oficial. Por aquí, no obstante, opinamos que se trata de una buena película en la que muchos proyectaron demasiadas expectativas. Los constantes cambios de género y un enfoque más cercano a Mad Max o incluso Fast and Furious que al terror claustrofóbico de su primera entrega pueden resultar desconcertantes de primeras, pero estamos ante una película de acción absolutamente trepidante. Aún con sus puntos débiles en un CGI que podría verse como poco creíble (otros simplemente disfrutamos del aspecto tan fantasioso y de cómic que le otorga) y un sentimentalismo exacerbado, Peninsula es una gran película de acción que no debería ser subestimada. Sus constantes saltos entre el sigilo de un robo, humor ligero, improbables secuencias de persecuciones y hasta juegos dignos de un anfiteatro romano pueden tomar por sorpresa, pero se trata de un cóctel de adrenalina en el que simplemente vale la pena no pensarse demasiado las cosas.
Estreno en cines el 23 de Abril
Mandibules, de Quentin Dupieux

‘Mandibules’, de Quentin Dupieux. Fuente: sitgesfilmfestival.com
Segundo año consecutivo en Sitges para el genio polifacético Quentin Dupieux (Le Daim, 2019), quien en esta ocasión nos dejó la que sin duda fue la mejor comedia de la edición, y probablemente una de las películas más graciosas que hayamos visto en años. Sólo una mente como la suya podría imbuir semejante frescura a un género tan manido como la buddy film, esto es, a través de su característico humor absurdo. El éxito de Mandibules reside en algo que muchos parecen haber olvidado, y es que es mucho más gracioso crear grandes personajes y orquestar las situaciones adecuadas que bombardear al público con sucesiones de one-liners que te dicen cuándo reírte. Dupieux no toma a sus espectadores por estúpidos, y esto le permite hacer una película tan natural, viva y divertida como esa. Las actuaciones de Grégoire Ludig y David Marsais como dos amigos cortos de luces intentando sacar dinero de una mosca gigante bien les valieron algo tan inaudito como inevitable: el premio a mejor interpretación masculina para ambos. Adèle Exarchopoulos también nos ofreció con su histriónico personaje algo para el recuerdo, pero lo que más invocaremos en el futuro será algo que formará parte de la historia del festival para siempre. Un símbolo. Toro.
Relic, de Natalie Erika James

‘Relic’, de Natalie Erika James. Fuente: sitgesfilmfestival.com
Estrenada en Sundance y producida por grandes nombres como Jake Gyllenhaal y los hermanos Russo (ejecutivos en este caso), Relic ha supuesto el debut soñado para la directora australo-japonesa Natalie Erika James. A Sitges llegó con posibilidades de llevarse el gran premio y, aunque finalmente no pudo ser, se llevó una nada desdeñable mención en el palmarés por su fantástica dirección. James utiliza aquí el terror como receptáculo y metáfora para ilustrar dramas, conflictos y situaciones humanas de gran angustia que adquieren formas pesadillescas en la gran pantalla. En este caso, nos encontramos nada más y nada menos que ante los horrores de la demencia senil. Enormes actuaciones protagonistas de tres generaciones de mujeres en una misma familia, impresionante minuciosidad en cuanto a guión, fotografía y sonido, y una brillante capacidad para ilustrar horrores del día a día a través de la lente de lo fantástico. Crítica de Relic por Esteban Portero
Disponible en cines
Un Efecto Óptico, de Juan Cavestany

‘Un Efecto Óptico’, de Juan Cavestany. Fuente: cineconene.es
Si David Lynch hubiese nacido en Burgos, muy probablemente hubiese imaginado algo como esto. La nueva obra de Cavestany es un maravilloso relato sobre el costumbrismo y la mundanidad desde la dream logic más extravagante. Es profundamente luminosa y a la vez deprimente. Más allá de querer que lo encajemos todo, Un Efecto Óptico nos invita a entrar en el mar de sentimientos que nos propone, y en ahondar en un brillante cuento sobre las relaciones afectivas y lo cotidiano. Bañada en un humor surrealista que brota con gran naturalidad, esta marcianada protagonizada por unos estelares Carmen Machi y Pepón Nieto es tan críptica como sencilla: sólo hay que dejarse llevar.
Estreno en cines el 26 de marzo
Saint Maud, de Rose Glass

‘Saint Maud’, de Rose Glass. Fuente: losinterrogantes.com
A veces es difícil hacer justicia al hype, y más cuando el debut de esta directora británica contaba con el sello de aprobación tanto de directores con renombre (Bong Joon-Ho) como de una distribuidora (A24) cuyo trabajo como productora en los recientes años incluye obras maestras del terror contemporáneo como Hereditary o The Lighthouse. Lo cierto es que, pese a su brevedad y a lo que muchos han considerado un tercer acto algo infradesarrollado, Saint Maud es una increíble carta de presentación. Impulsada tanto por una fotografía de fascinante sensibilidad a la hora de crear instantáneas memorables como por la escalofriante actuación protagonista de Morfydd Clark, Saint Maud es una de esas películas que te arrastran a su decadencia y desequilibrio emocional. Se trata de un constante tira y afloja entre lo inmaculado y lo impactante, entre la espiritualidad y la fisicalidad. Y pese a que la temática central revuelve alrededor de la fe y lo peligroso que es obsesionarse con salvar a los demás, algunos de sus comentarios más afilados se dejan caer en los márgenes cuando se tratan temas como la soledad o la gestión emocional de la enfermedad.
The Dark and the Wicked, de Bryan Bertino

‘The Dark and the Wicked’, de Bryan Bertino. Fuente: sitgesfilmfestival.com
Pocos directores de terror contemporáneos son tan divisivos como Bryan Bertino. Películas como The Strangers y The Monster cuentan con legiones de haters, pero al mismo tiempo no es difícil encontrar a gente que las ama profundamente. Su cuarto largometraje, que narra la historia de una granja sureña en EEUU a la que dos hermanos regresan por la inminente muerte de su enfermo padre, parece no ser la excepción. Si bien la cinta cuenta con una gran atmósfera y fotografía (merecida ganadora de su respectivo galardón en el festival), la narrativa es tan pésima que cuesta mucho darle el visto bueno al conjunto. Ni reflexión sobre lo que está ocurriendo, ni trasfondo sobre ello. El film se dedica constantemente a crear hilos argumentales con mucho interés potencial sólo para ignorarlos por completo a los cinco minutos. Una experiencia absolutamente frustrante con tan poco interés que ni la magnífica actuación de Marin Ireland consigue tirar del carro. Llena de decisiones arbitrarias y ambigüedades, encadena suspense y sustos sin ir a ninguna parte. Una auténtica lástima que una película con algunas secuencias tan buenas, gran fotografía y actuaciones se pierda en lo más fundamental: no tener nada que decir.
La Vampira de Barcelona, de Lluís Danés

‘La Vampira de Barcelona’, de Lluís Danés. Fuente: sitgesfilmfestival.com.
Repleta de grandes interpretaciones y con un gran ritmo incluso alcanzando la marca de los 120 minutos, La Vampira de Barcelona es una fantástica película con un fuerte carácter inmersivo, y esto en gran parte se debe al magnífico diseño de producción que presenta. El trasfondo teatral de su director se hace notar en los ingeniosos recursos artísticos que plagan el metraje con doble intencionalidad: compensar un presupuesto reducido a la vez que se potencia la naturaleza onírica y dramatúrgica de la obra. No sólo es un fantástico thriller que rinde homenaje tanto a su maltratada figura central como al cine de terror clásico, también se trata de un gran ensayo sobre la manipulación política y la demonización de los desfavorecidos. Algo que en tiempos como los que corren, son realidades que todos debemos tener muy presentes. Crítica de La Vampira de Barcelona por Esteban Portero
Disponible en cines
La Nuée, de Just Phillippot

‘La Nuée’, de Just Philippot. Fuente: sitgesfilmfestival.com
El cine francés no es especialmente conocido por sus cintas de terror, pero La Nuée es un gran testimonio de que lo sangriento y lo horripilante tiene cabida en el país vecino. Esta historia sobre una madre que intenta sacar a su familia adelante a través de la creación de un negocio de langostas comestibles (el insecto, sí), ilustra a la perfección los horrores del sector primario. La ingente cantidad de trabajo que millones de personas llevan a cabo para ser recompensados con dos duros y el auto-sacrificio de muchos por sacar a su familia adelante son los protagonistas aquí, y el resultado es un excelente film que se llevó tanto el premio especial del jurado como el galardón a mejor interpretación femenina por su protagonista Suliane Brahim.
Próximamente en Netflix
Black Bear, de Lawrence Michael Levine

‘Black Bear’, de Lawrence Michael Levine. Fuente: slantmagazine.com
Una de las propuestas más originales de esta edición vino de la mano de Lawrence Michael Levine, que presentaba esta suerte de ensayo sobre los procesos creativos y narrativos. El claro punto fuerte de esta cinta es la actuación, capitaneada por el tridente que conforman Aubrey Plaza, Christopher Abbott (quien hacía doblete con Possessor) y Sarah Gadon. A lo largo de dos capítulos claramente divididos, los protagonistas nos entregan unas escenas de enorme tensión y emociones a flor de piel en las que se tratan temas como la infidelidad, la sinceridad y el deseo, pero también la manipulación emocional y la propia interpretación actoral. El guión es fantástico, y la manera de plasmar los distintos caminos que uno puede tomar a la hora de representar artísticamente los sentimientos que lleva dentro es tan ingeniosa como sutil. No obstante, donde más peca la película es a la hora de trazar un nexo mayor (quizá un tercer acto) que acabe de unir todas esas interesantes ideas que durante hora y tres cuartos revolotean ante nuestros ojos.
The Show, de Mitch Jenkins

‘The Show’, de Mitch Jenkins. Fuente: sitgesfilmfestival.com
La primera película escrita por Alan Moore llega en forma de thriller fantástico que forma parte de un universo mayor, compuesto por cortos ya publicados y una posible serie de televisión. El resultado es una buena película que emana todo por lo que el de Northampton es conocido: decadencia, ocultismo y pesadillas se dan la mano en este crisol de referencias pop. Un excelente humor británico triunfa a lo largo de la cinta (puyas a adaptaciones de sus obras incluídas), y su propia interpretación de uno de los personajes es toda una masterclass. Como era de esperar, la construcción y ambientación de este mundo propio es cualquier cosa por encima de excelente, pero para ser una película de dos horas lo cierto es que sufre de una poca auto-conclusividad enervante. Ciertamente nos encantaría saber a dónde lleva todo esto, pero algo más de independencia como obra hubiese sido de agradecer.
Jumbo, de Zoe Wittock

‘Jumbo’, de Zoe Wittock. Fuente: filmin.es
Si hablamos de atracción hacia objetos inanimados, a muchos se nos viene a la cabeza el famoso documental Married to the Eiffel Tower de Agnieszka Piotrowska, publicado hace ya más de una década, del cual varios clips en YouTube cuentan con millones de reproducciones. De hecho, no descartamos que dicho documental fuese el gérmen de Jumbo, puesto que el relato más popular del mismo es el de una mujer literalmente enamorada de una atracción de feria. Es precioso cómo Zoé Wittock ha tomado algo que durante años ha sido objeto de burlas e incomprensión, y lo ha transformado en un tierno drama que exuda pasión, delicadeza y cariño. Protagonizado por Noémie Merlant (Portrait of a Lady on Fire), Jumbo nos ofrece un increíble viaje sensorial en el que durante hora y media sentimos, amamos y lloramos con su protagonista. Su fantástica fotografía y visuales nos sumergen de lleno en Jeanne y su relación con Jumbo, que gracias a la magia de Wittock invade la pantalla y toma forma ante nosotros. Y en cuanto a los humanos, la maravillosa construcción de personajes como Hubert (Sam Louwyck) evoca una historia tan simple como extraordinaria, que traslada lo desconocido a lo cercano gracias a una sublime metáfora con las dificultades de la comunidad LGTBQ.
Disponible en Filmin
Get the Hell Out!, de Wang I-Fan

‘Get the Hell Out!’, de Wang I-Fan. Fuente: sitgesfilmfestival.com
Esta combinación taiwanesa de humor, zombies y crónica política encuentra sus mayores virtudes y cierta estabilidad en su segunda mitad, pero se ve absolutamente aguada por su contraparte inicial. En ella, las infinitas referencias a la cultura popular, los memes y el anime son tan abrumadoras, poco graciosas y con temprana fecha de caducidad que con demasiada frecuencia nos encontramos preguntándonos «¿Por qué estoy viendo esto?». Afortunadamente, el limitador de locura entra en acción en los últimos 45 minutos para dejar un mejor sabor de boca gracias a un humor con mucho más timing y gusto, buena acción y gran comentario político.
She Dies Tomorrow, de Amy Seimetz

‘She Dies Tomorrow’, de Amy Seimetz. Fuente: sitgesfilmfestival.com
El segundo largometraje de Amy Seimetz como directora (más conocida por su trabajo como actriz en películas como Upstream Color o Alien: Covenant) tenía una de las premisas más interesantes de todo el festival: alguien tiene la certeza de que va a morir al día siguiente, y ese sentimiento es contagioso. Pese a que lo deslumbrante del concepto ciertamente podría haber dado más de sí, She Dies Tomorrow es un precioso relato sobre los trastornos mentales. Tan ambigua, confusa y desconcertante como la propia ansiedad, se trata de una película extremadamente sensorial. Las emociones que transmite son cercanas y vibrantes, tanto como los colores neón que invaden las secuencias más alucinógenas. Y curiosamente, en ocasiones llega a ser aterradora de una forma muy sui generis. Todo esto al servicio de un film atípico que, si bien sufre narrativamente de vez en cuando, tiene tanto carácter propio que es imposible no recordarlo.
Disponible en Filmin y iTunes
Historia de lo Oculto, de Cristian Ponce

‘Historia de lo Oculto’, de Cristian Ponce. Fuente: espinof.com
Películas como Historia de lo Oculto son las que hacen que la sección Noves Visions sea tan querida para nosotros. Esta rompedora obra argentina mezcla el thriller de terror con el formato de talk show televisivo de los 70, formando una historia contada a tiempo real (prácticamente la duración del programa) en la que intentamos descubrir horripilantes secretos de la mano de uno de los invitados. Germán Baudino interpreta de forma estelar a ese gurú satánico que desorienta y embruja, un personaje magnífico que exuda seguridad y misticismo. Una experiencia absolutamente emocionante, terrorífica, y con un ritmo tan bien medido que una vez te agarra no te deja ir ni un segundo. Críptica en su naturaleza, le da tanta importancia a la información que se entrega como a la que se nos reserva, y todo acompañando a un magnífico discurso sobre cómo las sociedades capitalistas constantemente venden su propio futuro a cambio de prosperidad inmediata.
Disponible en Filmin
Marea Alta, de Verónica Chen

‘Marea Alta’, de Verónica Chen. Fuente: filmaffinity.com
Cuando absolutamente nadie aplaude al terminar una proyección, algo que raramente sucede en Sitges (aunque en 2020 lo presenciamos dos veces, siendo la otra desafortunada The Book of Vision), sabes que algo pasa con lo que acabas de ver. Ese fue el caso de Marea Alta, el nuevo drama de la experimentada directora argentina Verónica Chen que prometía mucho y se quedó en nada. Supuestamente una exploración sobre el clasismo, el machismo y demás males que carcomen la sociedad, pasados sus 106 minutos de duración no nos quedó más que parpadear perplejos. No sabemos qué tipo de comentario aspira a hacer una película en la que ambos “bandos” se comportan de forma terrible e incomprensible, pero lo que está claro es que se trata de una cinta profundamente aburrida y desagradable. Sin más. Aún nos preguntamos cómo se llevó el premio Blood Window.
Archive, de Gavin Rothery

‘Archive’, de Gavin Rothery. Fuente: sitgesfilmfestival.com
Una de las mayores decepciones del año vino de la mano de Gavin Rothery, responsable del apartado artístico de Moon (ganadora de Sitges 2009), que presentaba una suerte de Ex Machina con estética Half-Life. Casi todos los aspectos de este trabajo dejan mucho que desear, desde un CGI que ya se ve cutre en su año de estreno hasta un giro final para poner los ojos en blanco, pasando por decisiones estéticas incomprensibles como la tez blanco nuclear de uno de los personajes en el tercer acto. No obstante, lo que más lastra a esta película es el flagrante machismo que sobrevuela todo el film. La construcción de todos los personajes gira alrededor del protagonista masculino, individuo que encadena una acción terrible tras otra sin que el guión siquiera deje entrever ni la más mínima crítica a sus acciones. Cuando una película decide mostrarte a un prototipo de robot con eyeliner incorporado en su chapa para dejarte claro que es una mujer, sabes que algo huele a chamusquina.
Disponible en Filmin, Prime Video, Rakuten y iTunes
Save Yourselves!, de Alex Huston Fischer y Eleanor Wilson

‘Save Yourselves!’, de Alex Huston Fischer y Eleanor Wilson. Fuente: sitgesfilmfestival.com
Las comedias que toman mucho del presente son un arma de doble filo, puesto que cuentan con una inmediatez que juega a su favor inicialmente a cambio de quedarse obsoletas mucho más rápido. Save Yourselves! pasa el corte del mismo modo que lo hizo Guns Akimbo en la edición anterior (aunque aquella con bastante más nota). En este caso, la historia nos presenta a dos millennials que deciden retirarse al bosque sin conexión a Internet para reencontrarse con ellos mismos. Además, deberán hacer frente a una invasión alienígena sin tener ni idea de qué está pasando. Pese a que en algunos momentos parece algo perdida en su ritmo argumental y timing cómico (sobretodo hacia el final), la película hace un muy buen malabar entre la parodia y lo identificable. Reírse es inevitable al ver estos dos protagonistas en los que, si naciste en los 80 o los 90, es muy probable que te veas reflejado en un momento u otro.
Disponible en Prime Video, Movistar+, Rakuten TV y iTunes
Malnazidos, de Alberto de Toro y Javier Ruiz Caldera

‘Malnazidos’, de Alberto de Toro y Javier Ruiz Caldera. Fuente: filmaffinity.com
Zombies y nazis son una combinación más que asentada. Desde la serie B hasta los videojuegos, esta dupla ha cosechado grandes éxitos a lo largo de los años, y trasladar la fórmula al cine español sobre la Guerra Civil podía dar buenos resultados. Desgraciadamente, los puntos a favor de esta colaboración entre Alberto de Toro y Ruiz Caldera (quienes venían de trabajar juntos en Súper López y Anacleto), no van mucho más allá de una fantástica producción y cuatro momentos de media sonrisa. No deja de sorprender que en creaciones de este calibre económico se consideren aceptables ciertas actuaciones de bajísimo nivel, y si a esto le añadimos el aire equidistante que destila la obra, nos quedamos con un producto que está muy lejos de ser más que entretenido. Retratar la Guerra Civil española como meramente “dos bandos” o el manido discurso de “hermanos contra hermanos” en pleno 2020 es más que preocupante. No hay dos Españas que reconciliar, no hay distancias que salvar. El fascismo nunca ha sido y nunca será, algo que pormenorizar de esta manera.
Estreno en cines el 24 de septiembre
Rent-a-Pal, de Jon Stevenson

‘Rent-a-Pal’, de Jon Stevenson. Fuente: laciclotimia.com
Entre las grandes sorpresas de esta edición está el debut del estadounidense Jon Stevenson, un excelente relato sobre la soledad, la socialización y los sacrificios personales. En él, un aislado hombre volcado a los cuidados de su anciana madre descubre en una cinta de alquiler un amigo en el que confiar, algo que tendrá un turbulento desarrollo emocional. Nos encontramos ante una película dura y profundamente triste, donde temas de rabiosa actualidad como son la incapacidad de lidiar con la realidad que nos rodea y la importancia del contacto con los sentimientos de uno mismo son colocados en el centro del film. Además de contar con un gran guión e interpretaciones, el diseño sonoro (especialmente en lo que respecta a Andy –el amigo en el VHS – y el aparato de vídeo) es espectacular. Toda una revelación que nos hará estar atentos a los proyectos de Stevenson en el futuro.
Clapboard Jungle, de Justin McConnell

‘Clapboard Jungle’, de Justin McConnell. Fuente: filmthreat.com
Es de agradecer la creciente presencia de documentales en el festival, y especialmente cuando se habla de algo que tantas veces se pasa por alto o se le atribuye cierto oscurantismo, como es el funcionamiento de la propia industria cinematográfica independiente. El documental, dirigido y protagonizado por Justin McConnell (director de Lifechanger, entre otras), narra sus dificultades intentando llevar adelante sus proyectos, y cuenta con los valiosos testimonios de artistas de toda clase de popularidad: desde el estrellato hasta el anonimato. Pese a que mucho de lo mencionado (especialmente por los invitados) es tremendamente interesante, es algo decepcionante que el propio McConnell no aplicase algunos de esos consejos a la producción de este documental. Su pesado ritmo, constante auto-compadecencia y abundante auto-promoción deterioran algo que podría haber sido mucho más interesante y revelador. Aún así, es un visionado que puede aportar mucho a aquellos interesados en iniciarse en el mundo del cine.
Méandre, de Mathieu Turi

‘Méandre’, de Mathieu Turi. Fuente: bloody-disgusting.com
Cuando la única característica de tu protagonista es tener una hija muerta, deberías revisar la profundidad de tu construcción de personajes. La enésima reinterpretación de Cube y Saw cuenta con la claustrofobia como única baza a favor. A aquellos a los que les genere ansiedad imaginarse atrapados en un tubo tendrán un rato de entretenimiento masoquista, el resto no tendrán mucho a lo que agarrarse. Méandre es una película repetitiva, muy poco imaginativa y sobretodo, predecible, puesto que cuenta con un giro que se ve venir desde millas, así como una analogía barata como mensaje final propia de un relato de instituto. No hay apenas trasfondo, no hay evolución de personaje, no existen todos esos motivos que deberían hacer que nos emocionásemos al alcanzar los 80+ minutos. Es una auténtica lástima que unos sets tan bien construidos, que además dan lugar a rodar una película de una forma tan angustiosa, sean desperdiciados por la incapacidad (o pereza, no lo sabemos muy bien) para escribir un guión mejor.
Tailgate, de Lodewijk Crijns

‘Tailgate’, de Lodewijk Crijns. Fuente: site-fancine.festicine.pro
Tailgate es una de esas películas directas, sin ínfulas, sin grandes significados, que consiguen exactamente lo que se proponen. En este caso, ponerte de los nervios. ¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si una de esas típicas discusiones entre conductores fuesen a más? ¿Qué pasaría si te cruzases con un perturbado y la cosa no se quedase en cuatro insultos y gesticulaciones a través de la ventanilla? Esta cinta holandesa narra, precisamente, cómo de la forma más estúpida posible puedes acabar con un psicópata dándote caza. Puede que la historia sea simple, pero no os dejéis engañar: es un film muy bien construido, rebosante de emoción e incluso momentos cómicos y, especialmente, una primera mitad de infarto. No es de extrañar que se llevase el premio de la sección Panorama, puesto que presenta un terror muy realista que no tira de los clichés del género. Y encima, nos presenta a un antagonista con una estética y modus operandi tan personal que podría ser todo un icono.
Disponible en Filmin y Movistar+