Brutus – Unison Life (Sargent House)
“Este disco conceptualiza el anhelo de una vida de paz total”. Una vida en perfecta armonía, sin conflictos, en la que todo permanece en equilibrio y sólo hay paz. Esto es lo que Brutus llaman «vida al unísono» y es el concepto sobre el que gira su tercer álbum.
Tres años después de Nest (que ya se posicionó entre nuestros discos del año en 2019), Brutus plasma nítidamente en Unison Life sus intenciones actuales: suenan más liberados que nunca, demostrando que han tenido el tiempo (hiato pandémico de por medio) y el espacio para considerar realmente qué dirección querían tomar. «Quería que cada canción pareciera la última que escribiéramos», explica la cantante Stefanie Mannaerts. «Me mataba por dentro, porque es un listón casi imposible, pero ése era mi objetivo personal para este álbum. Fue una búsqueda de dos años para intentar hacerlo mejor». Con semejante premisa… el resultado es un trabajo coherente, emocionante, intenso, épico, magistral y, por qué no decirlo, ¿perfecto?
Desde su formación en 2014, el trío belga se ha hecho un nombre con su post-hardcore emocional y crudo que ha logrado acaparar la atención tanto de seguidores del punk, como del post-hardcore, el metal y más allá. Con miembros de Metallica, Deftones y Converge entre sus fans, la banda se ha posicionado rápidamente en la escena internacional actuando en festivales de primera línea.
Se conocieron en Lovaina, su ciudad natal, donde se curtieron tocando en diferentes bandas locales y sus influencias son variadas. La baterista y vocalista Stefanie Mannaerts (un torbellino de la naturaleza) creció encima de una tienda de música regentada por su familia, es aficionada a una gran variedad de géneros, desde el post-metal a la música electrónica. El bajista Peter Mulders es más de punk y al guitarrista Stijn Vanhoegaerden le gusta el country y el rock más melódico; una variedad de gustos que comulgan en Brutus para crear un sonido tan potente como sorprendente y demoledor.
Aunque Unison Life mantiene la rabia cruda de su predecesor, se erige como una amalgama más ambiental, más melancólica, más shoegaze. Emoción desenfrenada, batería potentísima y guitarras y bajos poderosos y perfectamente cohesionados. Uno de esos discos que engancha y y acabas escuchando en bucle.