
‘As Bestas’, de Rodrigo Sorogoyen. Fuente: Fuente: filmaffinity.es.
2022 ha sido un gran año de cine. Por su variedad y calidad. Hemos tenido un poco de todo y para todos los gustos: aventuras épicas, historias íntimas y románticas, ciencia ficción de autor, dramas bélicos y terror sin aditivos. Pero sobre todo queremos destacar el elevado nivel de varias óperas primas como son Aftersun, Smile y Barbarian, todas ella fenómenos de público que han contado también con el beneplácito de la crítica en un binomio tan atípico como esperanzador.
Por todo ello hemos querido publicar este top un poco más tarde de lo habitual. Estrenado ya el Año Nuevo chino, por fin hemos podido ver todo lo que queríamos, incluidas algunas propuestas estrenadas a finales de 2022 que han quedado fuera de muchos otros tops; y, lo más importante: muchas de estas películas o están aún en los cines, o pueden verse ya en plataformas. Por si fuera poco, muchas de ellas figuran, además, como favoritas en los inminentes Premios Goya o en los Oscar. Así que tomen nota y hagan sus apuestas. Sin más preámbulos, repasamos del 20 al 1 los títulos estrenados comercialmente en nuestro país que más nos han gustado de este 2022.
20. The Northman, de Robert Eggers
19. Los cinco diablos, de Léa Mysius
18. Cerdita, de Carlota Pereda
17. Bones and All, de Luca Guadadgnino
16. PARÍS, Distrito 13, de Jacques Audiard
15. Licorice Pizza, de Paul Thomas Anderson
14. Black Phone, de Scott Derrickson
13. Crímenes del futuro, de David Cronenberg
12. Smile, de Parker Finn

‘Smile’, de Parker Finn. Fuente: filmaffinity.es.
Hemos querido incluir y destacar esta cinta de terror en nuestro top cinematográfico del 2022 por varios motivos: ha sido uno de los fenómenos de taquilla indiscutibles del año; da miedo, algo que, aunque parezca una obviedad, es bastante importante si hablamos de cine de terror y no resulta fácil de encontar; no contiene apenas ni una pizca de sentido del humor, es decir, va a lo que va; copia, de acuerdo, pero copia bien y apuntando alto –David Robert Mitchell (It Follows) y Ari Aster (Hereditary), y es la propuesta de un debutante: un claro valor añadido, en este caso, porque promete futuras emociones fuertes. Un aplauso –y una sonrisa–, por favor.
11. Mantícora, de Carlos Vermut

‘Mantícora’, de Carlos Vermut. Fuente: filmaffinity.es.
El director de Diamond Flash y Magical Girl, y guionista de La abuela (Paco Plaza, 2021), nos entrega probablemente su película más personal y arriesgada. También la más concisa y minimal. Conviene no desvelar apenas detalle de su trama para dejarse sorprender por esta propuesta extraña, dura y perturbadora. Una historia mínima, con muchos silencios y miradas, de tono pausado pero inquietante, que sigue el día a día de un programador de videojuegos con un terrible secreto. La relación amorosa de su núcleo actúa por momento como bálsamo, un relato dentro del relato que, en el fondo, ejerce de enfermizo y monstruoso juego de espejos.
10. Al descubierto, de Maria Schrader

‘Al descubierto’, de Maria Schrader. Fuente: filmaffinity.es.
Lo reconozco: siento cierta debilidad por las películas de periodistas ejerciendo su rol más genuino y hoy en día poco en boga: el de Cuarto Poder. Existe en ello cierta mitificación del supuesto pasado glorioso de un oficio actualmente dominado por la tiranía del marketing y el click bait. Parte de la culpa la tienen títulos como Todos los hombres del Presidente (Alan J. Pakula, 1976) o la más reciente Spotlight (Thomas McCarthy, 2015). La mejor noticia es que, como esta última, Al descubierto trata un caso reciente de hito periodístico que pone en su lugar a tiranos poderosos. Concretamente, al productor de Hollywood Harvey Wenstein, en un caso destapado por dos periodistas del The New York Times que daría lugar al posterior movimiento #MeToo. El filme sigue los esquemas previsibles de este tipo de filmes pero funciona en su meticulosa reconstrucción de la investigación, por sus numerosos detalles de calidad –los testimonios reales, el encuentro con Weinstein y sus abogados en la redacción–; pero, sobre todo, por la interpretaciones de su excelente dúo protagonista, unas Zoe Kazan y Carey Mulligan sagaces y más que creíbles en la piel de las periodistas Jodi Kantor y Megan Twohey.
9. Nop, de Jordan Peele

‘Nop’, de Jordan Peele. Fuente: filmaffinity.es.
Soy de los que piensa que cuando debes leer ríos de tinta y dar infinitas vueltas a los posibles significados de una película, algo falla. Para disfrutarla plenamente, una película debería funcionar, en primer lugar, como lo que es: una historia con un conflicto, unos personajes memorables y –no olvidemos que el cine es, por encima de todo, imagen en movimiento– una puesta en escena y una estética cuidadas, estimulantes o rompedoras. Un buen filme debería funcionar por sí solo, sin complementos ni coartadas, y Jordan Peele parece avanzar con la directa en el sentido opuesto. El quid de la cuestión, y por eso Nop está aquí, es que el director de Déjame salir lo hace jodidamente bien. Nop sorprende menos que sus predecesoras pero muestra una madurez y un dominio colosal de todo lo apuntado, reverencias a Spielberg mediante, además de ofrecer múltiples capas y lecturas para quienes quieran darle a la mollera; incluso más, a menudo, que el propio autor, aunque esa es otra historia.
8. Sin novedad en el frente, de Edward Berger

‘Sin novedad en el frente’, de Edward Berger. Fuente: filmaffinity.es.
Película antibélica hasta la médula, Sin novedad en el frente vendría a ser la réplica alemana de 1917 (Sam Mendes, 2019), ambientada, como aquella, en la I Guerra Mundial. Sin atisbo de épica ni heroismos baratos, su discurso se estructura en torno a una serie de contraposiciones tan sencillas como frontales y efectivas: entre la ilusión inicial por alistarse al ejército y el posterior infierno de las trincheras vivido por un grupo de jóvenes alemanes; entre la miseria, el barro hasta las cejas y los cadáveres en descomposición del campo de batalla, y los lujos de los altos mandos militares; entre la belleza genuina de la naturaleza y el horror y la corrupción de la guerra. La calma de una madriguera de zorros alterada por el temblor de las explosiones lejanas entronca con el tono poético y fatalista de La delgada línea roja. Una cinta rotunda y necesaria.
7. Barbarian, de Zach Kregger

‘Barbarian’, Zach Cregger. Fuente: filmaffinity.es.
Conviene no saber demasiado del argumento de Barbarian, una de las sorpresa del cine de terror del pasado ejercicio. Firmada, como Smile, por un realizador debutante, la película, que parte de una situación muy de nuestro tiempo –un error en la reserva online de un apartamento privado– basa parte de su gran potencial en un guión trabajado al milímetro que incluye uno de los giros narrativos más desconcertantes en el cine de género reciente. El resultado son dos películas en una: una primera parte sublime, de tensión palpitante, mucha atmósfera y personajes bien trabajados –notables Georgina Campbell y Bill Skarsgård–, y una segunda más verbenera y salvaje que desvela, sin embargo, un trasfondo tremendamente perverso. Una propuesta fresca y muy potente con inesperados apuntes de humor negro y ecos a Don’t Breathe que, como Smile, ha escalado justificadamente en popularidad gracias, en parte, al boca oreja de un público entusiasta.
6. X, de Ti West

‘X’, de Ti West. Fuente: i-d.vice.com.
Teniendo en cuenta que buena parte de los slashers clásicos mezclaban terror con elementos eróticos, la premisa argumental de X no debería sorprende tanto: un equipo amateur de rodaje de películas porno alquila una granja en la América profunda de los setenta para rodar su nueva película. No hace falta añadir que las cosas no irán según el plan de rodaje. ¿Que convierte, pues, en especial esta mezcla de Boogie Nights y La Matanza de Texas? No sabríamos por dónde empezar: la ambientación de la época, la fotografía, el montaje, la música, la naturalidad de sus protagonistas… pero sobre todo, por dos elementos que destacan por encima de los demás: la contraposición entre la pornografía, rendida a la juventud, y la vejez del matrimonio de ancianos que les alquila la casa, un tema que ya trataban, aunque de forma distinta, propuestas com Relic o La abuela; y la presencia magnética de una espectacular Mia Goth. Lo mejor de todo: es el inicio de una trilogía, de momento complementada por la precuela Pearl.
5. Todo a la vez en todas partes, de Dan Kwan y Daniel Scheinert

‘Todo a la vez en todas partes’, de Dan Kwan y Daniel Scheinert. Fuente: elpais.com.
Cuesta encontrar palabras para describir mínimamente lo que propone esta película anticomercial y contracorriente que ha conseguido, contra todo pronóstico, el máximo número de nominaciones en los próximos Oscar. Su apuesta es tan descabellada como su acercamiento al fenómeno del multiverso, nada que ver con la pesada mercadotecnia de Marvel, más bien en las antípodas. Con una producción increíble y un ritmo endiablado, su historia mezcla penurias cotidianas muy terrenales con luchas imposibles y retos planetarios, en una alocada sucesión de set pieces vertiginosas que rezuman libertad narrativa, artes marciales, excesos varios y psicodelia pura. Mención aparte para sus intérpretes: Michelle Yeoh, Jonathan Ke Quan –sí, el niño de Indiana Jones y los Goonies– y Jamie Lee Curtis en un asombroso papel secundario para enmarcar.
4. Aftersun, de Charlotte Wells

‘Aftersun’, de Charlotte Wells. Fuente: theprojector.sg.
Otro debut. Y vaya uno. Aftersun es de esas películas que se queda resonando en ti muchos días después de su visionado. Su conclusión puede llegar a obsesionarte tanto como a la propia protagonista de la historia, una chica que recuerda un verano que pasó con su padre en Turquía, mezclando las cintas de home video de las vacaciones con sus propios recuerdos, siempre parciales, en ocasiones distorsionados. Disponemos, como ella –como siempre en la vida– de información parcial y subjetiva, algo que, sin darnos cuenta, puede llegar a alejarnos mucho de quiénes son los demás en realidad. Bella y devastadora a partes iguales, la película se articula en torno a la química entre padre e hija –excelentes Paul Mescal y Francesca Corio– y contiene probablemente dos de las mejores escenas del año: el descorazonador karaoke con Loosing My Religion de R.E.M. y el baile final al ritmo de Under Pressure de Queen y David Bowie. Dos hits universales que, probablemente, nunca volveremos a escuchar y a sentir de la misma forma.
3. Men, de Alex Garland

‘Men’, de Alex Garland. Fuente: dodmagazine.es.
Tras dos notables y personales propuestas de ciencia ficción como Ex Machina y Aniquilación, Alex Garland firma una tercera película como director en la que se adentra en el terror dramático más perturbador. Fiel a su estilo, sin embargo, no nos brinda una cinta de género al uso, sino un drama psicológico y a la postre visceral –literalmente– con elementos del folk horror y un carácter marcadamente simbólico. La lectura simplista que algunos han hecho de ella se queda muy lejos de esta pretendidamente hiperbólica alegoría del todos los hombres son iguales con estilemas de Lars von Trier, una fotografía espectacular y unas interpretaciones de Rory Kinnear –por partida múltiple– y, en especial, de Jessie Buckley de aquellas que cortan la respiración.
2. La peor persona del mundo, de Joachim Trier

‘La peor persona del mundo’, de Joachim Trier. Fuente: festivalcinesevilla.eu.
Joaquim Trier deja a un lado su personal acercamiento al fantástico que protagonizó con la muy notable Thelma para firmar un drama romántico, casi existencial, de los que toca la fibra. Que sus apuntes de humor no os confundan: La peor persona del mundo trata temas profundos, poninedo el foco en la duda como aprendizaje y en los pasos en falso, a menudo tan necesarios para saber lo que uno quiere y lo que no. El filme destila una sensibilidad fuera de lo habitual y cuenta de forma aparentemente natural una serie de procesos psicológicos complejos. El trabajo de personajes destaca por encima de la media y su actriz protagonista, espléndida Renate Reinsve, logra transmitir y expresar con pequeños gestos y matices. Una película agridulce que captura a la perfección la temprana adultez de estos tiempos, repleta de indecisiones, grises y volantazos.
1. As Bestas, de Rodrigo Sorogoyen

‘As Bestas’, de Rodrigo Sorogoyen. Fuente: Fuente: filmaffinity.es.
Mucho se ha hablado en los últimos meses de la última película de Rodrigo Sorogoyen, y de forma totalmente merecida. Al igual que Mantícora, aunque por distintos motivos, no estamos ante una propuesta que a priori conecte fácilmente con todo tipo de públicos, pero así ha sido. Quizás por su gramática de thriller y sus notas colindantes con el terror, este drama rural ambientado en una pequeña aldea gallega ha convertido la dureza de la historia en algo que atrapa a espectadores de todas las edades y condiciones. Entre sus otros méritos hallamos múltiples factores que ya querrían para sí muchas superproducciones o películas indie con más pretensiones: su narrativa, de un costumbrismo que raya el tono documental –las escenas del bar del pueblo parecen casi filmadas con cámara oculta–; su tensión cocida a fuego lento, creciente hasta lo insostenible; y, por encima de todo, por un cast perfecto y unas interpretaciones que respiran verdad en cada frase y cada gesto. Y si hablamos del reparto, excelente en conjunto, sería injusto no destacar el trabajo de Luís Zahera, descomunal en su construcción de un personaje repulsivo que infunde momentos de auténtico pavor con un simple comentario, una mirada, con su sola presencia. Que llegues a empatizar por momentos con sus motivaciones y anhelos solo está al alcance de pocos, y aquí el guión y la construcción de personajes tejidos por Sorogoyen y su inseparable coguionista Isabel Peña logran obrar un auténtico milagro. Suya es, sencillamente, la mejor película de 2022.